La televisión es el más masivo de los medios y uno de los menos participativos. La actitud pasiva del televidente contrasta con la activa de los usuarios de medios interactivos. Shawn Van Every, un investigador del Interactive Telecommunications Program de la Universidad de Nueva York, quiere acabar con la molicie de los televidentes y presenta el teleperiodismo interactivo.
La televisión es mucho menos interactiva de lo que muchos querrían o de lo que en principio parece ofrecer su globalidad tecnológica y de audiencia. Su público masivo es la antítesis del sistema de redes necesario para el desarrollo de medios sociales.
En España la interactividad real se reduce a los mensajes de SMS sobreimpresos en programas de telebasura y reality shows. La situación fuera no es mejor pese a las ilusiones que despertó la aparición de la televisión digital comercial. Sky Television, la cadena de televisión por satélite que más ha apostado por animar a sus suscriptores a usar el mando no ha conseguido mucho más que una escasa participación en concursos y apuestas.
Los abonados de las televisiones digitales usan el mando para elegir programas, lenguajes, subtítulos o comprar programas, pero poco más.
Mando a distancia para votar y teléfonos móviles para enviar mensajes son los dos medios sumados a las clásicas llamadas por teléfono convencional para hablar en directo con los presentadores o dejar sugerencias, preguntas o peticiones. Hasta aquí la interactividad real en el mundo televisivo.
Van Every quiere llevar el diálogo entre emisor y receptores de los medios sociales a la televisión. El investigador norteamericano busca fórmulas para ofrecer a los espectadores la capacidad de interactuar con la televisión en el momento de la producción de los programas.
La televisión es la antítesis de los medios sociales: es el más masivo y unidireccional de los medios.
Para superar la dictadura del emisor, el teleperiodismo interactivo pone en contacto al periodista de televisión con los espectadores a través de un sistema de chat. De esta forma, los televidentes pueden intervenir en el reporteo de la información o en el momento de realización o grabación de las piezas.
Un sencillo sistema portátil de cámara digital, ordenador portátil y wifi o internet por telefonía móvil permite al reportero recibir las sugerencias de los telespectadores mientras estos ven el programa en directo a través de sus televisores.
El teleperiodista interactivo define la actual cobertura televisiva como "superficial, cara y distante". Los atributos del teleperiodismo interactivo son: "integración, bajo coste, cobertura en directo y profundidad". La audiencia participa activamente y el periodista reacciona a sus sugerencias orientando la cobertura en función de la interacción con los telespectadores.
El sistema tiene ventajas indudables si se piensa en una entrevista, la retransmisión de una rueda de prensa o la cobertura de un suceso en directo. El problema es que sólo es manejable con nanoaudiencias. De otra forma la saturación de mensajes acabaría con el periodismo al bloquear al telerreportero.
Los intentos de socializar la producción de televisión chocan contra la naturaleza unidireccional y masiva del medio. ¿Es posible romper la aformidad de la audiencia televisiva y su pasividad para convertirla en participativa y definida?
La situación no es muy diferente a la planteada por otros medios interactivos. Quizá la mayor diferencia estriba en la necesidad de la simultaneidad: actores y telespectadores interactuando sincrónicamente.
El sistema de Van Every puede ser perfeccionado y se puede introducir algún sistema de moderación para filtrar los mensajes y no paralizar al reportero: remitirle sólo los más interesantes para la cobertura.
El teleperiodismo interactivo puede funcionar en televisiones locales --baja audiencia y fuerte localización de contenidos--, en canales temáticos o en experimentos comunitarios. La televisión interactiva debe renunciar a la audiencia masiva y dirigirse a comunidades virtuales si quiere funcionar. La televisión comercial sigue apostando por el tamaño de la audiencia y no por su calidad. La definición de públicos muy segmentados en canales de pago y en televisones locales puede abrir una oportunidad para su desarrollo.
Otra televisión es posible.
Interactive Tele-Journalism
Universidad de Nueva York | Interactive Telecommunications Program
P21 | El impacto de los medios sociales
P21 | Política 3.0