Las miserías de la caja rota de TVE dejan sin toros a los aficionados. La fiesta nacional expulsada de la cadena pública por "falta de recursos económicos". La mala gestión de los gestores anteriores --dicen los responsables de TVE-- sale en ayuda de las manifestantes desnudas anti bullfighting y dejan en apagón mediático a los astados de media España.
Y los taurinos, pitos y bronca. Y los antitaurinos, encantados.
Los unos que dónde está el apoyo de TVE a la cultura patria. Los otros que la barbarie antropológica sucumbe --bienvenida sea por una vez-- a la bárbara dictadura económica.
Esa caja saqueada por noches de fiesta, galas, tertulias y otras lindezas de la anterior etapa se lleva por delante otro símbolo patrio. ¿Será la descentralización del Estado y el federalismo asimétrico?
Los toros son caros a pesar de sus rendimientos de audiencia, desiguales geográficamente. Por eso, como en su día el fútbol, los toros se ven --y se verán-- en las autonómicas, que siguen a rajatabla la regla de pan y circo. Total, pagamos todos. Cuando la deuda sea inaguantable, que vengan Caffarel y los sabios y cancelen todo.
¿Dónde está el dinero del presupuesto de este año?
¿Dónde está la programación comprometida?
¿Qué previsión de programación y gasto tenía el equipo anterior?
A cada paso que avanza el talante en RTVE surge una sorpresa. Y convendría, ya que lo pagaremos todos, más información y transparencia.
¿Resistirán los toros sin televisión? ¿Y los encierros de San Fermín?
¿Quién ha empitonado a los toros? ¿Ha sido José Antonio Sánchez y su equipo o el nuevo de Carmen Caffarel?
Y los taurinos sin corridas. Y otros tantos, liberados, mira por dónde, de la orgía de sangre y arena.
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