La concejala Ana Botella paseó ayer por la plaza Soledad Torres Acosta de Madrid, la de los cines Luna, donde un hombre asesinó a puñaladas a una prostituta ucraniana el 23 de junio. Ana Botella se paseó con una libretita con una cohorte de periodistas convenientemente convocados y hoy sus promesas ya están en la prensa.
Botella hará un centro de día en la plaza de la Luna para mendigos y prostitutas, dice ABC, como si la obra fuera una dávida de la señora a los ciudadanos, al viejo estilo paternalista (maternalista, en este caso).
Más neutro, El Ayuntamiento creará un centro para mendigos junto a la plaza de la Luna, leo en elmundo.es.
Sólo en 20 Minutos encuentro El circo político de Luna y en ADN, cuya redacción está en esa plaza, esta crónica del Baño de miseria decorada. Pienso en todos esos colegas que tanto desprecian a los diarios gratuitos y no miran lo suyo, como los concejales no miraban para esa zona maldita un paso más allá de la Gran Vía.
Los políticos hacen gestos, pero los gestos no son la política. En las crónicas se habla poco de los muchos años pasados sin que los ayuntamientos de Madrid le metan mano a una zona depravada. Tampoco de los proyectos y de los intentos de traslado del negocio de la carne fracasados. Es el lado canalla de la Gran Vía, su espalda de costra barriobajera, entre las calles Ballesta, de la Luna, Desengaño, Barco. Zona de putas y picos. De viejas casas de ensanche depauperadas. De nombres sugerentes. También de alguna vieja y buena taberna.
Delante, la Gran Vía con sus grandes luminosos. Las sedes del Grupo Prisa, Telefónica, 20 Minutos en lo que antaño fue el Palacio de la Prensa, grandes Zaras, H&M´s, etc. Dicen que las putas van mejor vestidas desde la apertura de las marcas de gran consumo.
Pero durante tantos años, cuando hasta los cines Luna cerraron, ninguna concejala apuntó yonquis en su libretita, ni el menú de los camellos, ni hizo un estudio demográfico sobre el cambio de razas, colores y procedencias de las mujeres atadas a Ballesta.
De los ciudadanos, sin noticias excepto para el IBI.
En el Foro Cívico Gran Vía anuncian el asalto ilusionado de los niños a la plaza, ya limpia de sangre hasta otra pelea, otra cuchillada para enrojecer la noche o abrir un boquete en la tarde.
Gestos. Gestión de la imagen, no de la vida pública. Si no hay foto no hay política. Si no hay espacio en los medios no hay promesas. Y las promesas, promesas son; unas se cumplen y otras, no.
Pero el gesto está hecho, la propaganda también. Y muchos tragan, publican, y le llaman información.
