A veces el periodismo ahorra vidas. Aunque sea de casualidad. Fernando Quintela, periodista de El Mundo TV, llamó desde su teléfono por satélite a los servicios de salvamento para que lo rescataran cuando se hundía con 41 inmigrantes en un cayuco a 35 millas de Mauritania.
Esta vez hubo suerte. Los inmigrantes llevaban un reportero polizón. La información y la tecnología los salvó del mar. No es la primera vez. Los teléfonos móviles han servido a los inmigrantes para ser salvados del naufragio en otras ocasiones.
Cayucos y teléfonos. Huida de la pobreza y tecnología. Paradojas dicotómicas de una globalización muy asimétrica.