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Cae el último mito sobre el tamaño gracias a un hobbit. El hombre de Flores --en realidad una mujer, Liang Bua 1-- demuestra que no se necesita un gran cerebro para una vida inteligente.
Ni para el sexo, ni para pensar. Tampoco para comunicar.
La naturaleza desarrolla mecanismos de adaptación y ahorro de energía incluso en los humanos. Ser pequeño puede ser una ventaja competitiva.
La biología vuelve a dar una lección aplicable a la comunicación. Los medios sociales pueden ser todo lo pequeños que exijan sus nanoaudiencias. Pequeños, inteligentes y adaptados al medio.
El hombre de Flores sobrevivió en la isla indonesia entre dragones gigantes y elefantes enanos. Quizá algo así ocurra con los nuevos medios y los medios tradicionales.
Smart mobs, swarming, enanismo. Lecciones de la biología para el ciberespacio.
Flores man special - news@nature.com
P21 | El impacto de los medios sociales
P21 | Periodismo y política 3.0