El error de Gallardón
Esperanza Aguirre lanzó su golpe para ser la referencia del Partido Popular en Madrid y Alberto Ruiz Gallardón no ha podido refrenarse. Apartado Aznar, con el partido a la deriva en busca de un sitio electoral, era la hora de Gallardón. Pero no. Y menos con un samurái, con un paladín delegado por medio.
El alcalde de Madrid es un extraño dentro de un partido huérfano de poder, de liderazgo y de convicción que tiene aún que andar mucho camino.
La dirección del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, apoya a Aguirre y está francamente molesta con la actitud de Gallardón.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no puede sostener la oposición a la presidenta sin poner en riesgo su recién estrenada confianza con Mariano Rajoy. Otra escaramuza como la de Galicia y el presidente del PP estará en situación muy delicada a pocos días de ganar un congreso del que se fueron muchos compromisarios después de escuchar a Aznar y antes de que acabara su discurso.
El análisis de hace unos días se confirma. Rajoy no puede permitírselo. Gallardón ha equivocado sus tiempos y su poder.
Las urnas madrileñas del PP dictarán sentencia y Gallardón puede acabar completamente extrañado del PP cuando más cerca estaba de volver al corazón del partido.
Hay muchas prisas en Madrid.
Quien también ha quedado fuera del círculo en la pelea es Ana Botella, que no se reconoce ni reconoce a nadie en la crisis. El PP ya no es el partido ordenado que su marido lideraba.
No es tampoco la hora de Ana Botella. Quizá nunca lo sea. Esperanza Aguirre no cree en el modelo señora de.
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