Ajoblanco vuelve 30 años después de su nacimiento. La revista más ácrata del último cuarto del siglo XX apareció un 21 de octubre de 1974, desapareció y volvió en los ochenta. Murió de nuevo por falta de viabilidad económica y reapareció de nuevo en los noventa. Pero también sucumbió.
Pepe Ribas y Toni Puig recuperan la cabecera, la actualizan y ponen en la Red (con licencia Creative Commons 2.0) para agitar conforme a los tiempos y lanzan una nueva publicación, El Ajo, que ya está en los kioscos con una gran oferta por 10 euros: la nueva revista y un facsímil con los seis primeros números del original Ajoblanco.
El nuevo El Ajo se venderá trimestralmente coincidiendo con los cambios de estación a 4 euros. El primer número se titula:
SOMOS PROPAGANDA
Porque no somos lo que queremos, somos lo que les interesa
El Ajo apuesta por las ilustraciones y obvia las fotos. Textos cortos, también aquí optan por aggiornamento. Prometen ser intolerantes y subversivos como siempre lo fueron y todos los números saldrán de un laboratorio de ideas colectivo.
"Tanto en el diseño como en el contenido optamos por la diferencia. No queremos copiar a otros. Buscamos sutileza, denuncia, fascinación: estamos vivos y pretendemos
seguir así bastantes años", dicen.
Radicales, renuncian la publicidad (siempre difícil en estas revistas) y confían en la venta al número.
El ajo repite. Pero ya no es lo mismo. Ajoblanco se enfrenta ahora a una generación menos contestataria y más volcada al ocio, a una Red repleta de visiones colectivas e individuales de propaganda, subversión, agitación y etcétera.
Prometen una apuesta distinta en el papel y en internet y está por ver qué hueco cubren.
Algunos estudios de mercado indican que en la prensa española faltan productos de humor y revistas satíricas.
¿A la tercera será la vencida?
Ajoblanco
El Ajo