Muchos, dentro y fuera del PP, creen que Mariano Rajoy no llegará nunca a La Moncloa. Un candidato elegido a dedazo para ocupar la Presidencia del Gobierno con una mayoría confortable no tiene el mismo perfil que un candidato que ha de conquistar el poder.
En una derecha que se parece cada vez más al priísmo mexicano, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, quiere ser la tapada.
La ex ministra de Cultura quiere todo el poder de Madrid para lanzar su asalto al poder y por eso ha evitado que un hombre de Gallardón con un perfil más centrista, Pío García Escudero, ostente la presidencia del PP madrileño.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no puede sostener la oposición a la presidenta sin poner en riesgo su recién estrenada confianza con Mariano Rajoy. Otra escaramuza como la de Galicia y el presidente del PP estará en situación muy delicada a pocos días de ganar un congreso del que se fueron muchos compromisarios después de escuchar a Aznar y antes de que acabara su discurso.
Como ha aprendido el PSOE, después de perder el poder hay que pasar la travesía del desierto y el más expuesto no suele ser el mejor candidato.
El nuevo poder popular es territorial y Aguirre es la mejor situada. Es el único presidente de comunidad popular que no ostenta a la vez el liderazgo regional del partido.
Esperanza no puede perder tiempo. En 2007 las elecciones locales y autonómicas (a celebrar en todas las regiones gobernadas por el PP excepto Galicia) serán la prueba del poder de unos y otros. Si Esperanza Aguirre gana en Madrid y los resultados nacionales no son buenos, Rajoy tendrá un problema.
La madrileña es ambiciosa, tenaz y vive para la política, atributos no compartidos por Rajoy.
Aguirre ha sido en estos pocos meses la punta de lanza de la oposición popular a las medidas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero: de la reforma educativa a la revisión del modelo autonómico.
La presidenta madrileña aglutina a la derecha del PP y tiene buen cartel en otros sectores. Es la heredera más visible del legado de José María Aznar y tiene más tirón que Acebes o Zaplana. Ni que decir respecto al resto de los barones populares: Francisco Camps (Valencia) o Ramón Valcárcel (Murcia), los otros líderes del eje de la prosperidad que los populares intentan montar frente a la "política de empobrecimiento" de los socialistas.
Ganó su elección y no ha sido tocada por las sospechas del 11-M.
Esperanza Aguirre es mujer, inteligente, tenaz y está convencida de que la segunda transición, la revolución conservadora de Aznar, no está completada ni acabada.
Sigue los pasos de otras fuertes mujeres de la derecha europea y aspira a ser la primera presidenta de España sin necesidad de paridad.
Convencida de que ser señora de, el modelo Hillary Clinton, nunca triunfará en España, la carrera por el poder de la Margaret Thatcher madrileña ha comenzado.
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