El pacto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y las televisiones españolas para estudiar un acuerdo de corregulación de los contenidos y evitar la emisión de telebasura en horario infantil es un gran paso adelante. Responde a la necesidad de proteger a la infancia frente al abuso de la telebasura y a la emisión de contenidos:
violentos
sexuales
del uso de lenguaje soez
y del excesivo consumismo, etc.
Para ello se propone hacer respetar el horario protegido para los menores, de seis de la mañana a diez de la noche, durante el cual no se emitirán contenidos "que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores", según reza la ley de 1999.
La propuesta de Televisión Española también recoge la segunda parte del artículo 16 de la ley de televisión sin fronteras: "ni programas que fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social".
El documento presentado la semana pasada por RTVE habla también de estimular los valores democráticos y el respeto a la diversidad y a las minorías.
Dado el enorme consumo televisivo de los niños (tres horas y cuarenta minutos diarios) y el escaso control de los padres sobre lo que ven sus hijos, algo hay que hacer.
Pero la base del futuro acuerdo arroja algunas sombras:
>> Es una corregulación: parte de la advertencia del Gobierno de aplicar la ley y exigir a las televisiones el respeto obligado por su función de servicio público. Un grupo de trabajo debe consensuar las pautas que se adoptarán. Se verá la voluntad de unos y otros.
Hubiera sido mejor una autorregulación y no ha sido posible.
>> La propuesta base va más allá de la aplicación de la legislación europea de televisión sin fronteras, incorporada a la legislación española (Ley 22/1999, de 7 de junio) y que no se había cumplido hasta el momento.
Aparecen dudas sobre los contenidos informativos (telediarios y programas informativos).Muchos de los más vistos se emiten dentro del horario protegido. Surge el peligro de ablandar los telediarios.
>> Parte de una iniciativa de la televisión pública: un documento presentado la semana pasada con 30 medidas de protección de los menores.
No ha sido consensuado antes y en su desarrollo va más allá de la legislación y de los códigos implantados en otros países de nuestro entorno, que tienen más en cuenta a los espectadores no infantiles y los hábitos de los propios niños y padres.
Un buen ejemplo es la BBC (código de programas) y los estudios y códigos de la British Broadcasting Comission (el horario protegido y su uso por padres y niños).
Tampoco tiene demasiado en cuenta al resto de la audiencia que ve la televisión en ese horario protegido.
>> No cuenta con los padres y parece abandonar la confianza en ellos: en el 40% de los hogares no se controla lo que ven los niños en la televisión, según los últimos estudios. Sin embargo, son los padres quienes tienen la última responsabilidad y libertad de decidir la educación y lo que ven sus hijos menores.
>> No hay tampoco una graduación de medidas para niños y adolescentes.
Pocos ponen en duda la necesidad de proteger a los menores y gran parte de las ideas que se manejan son comúnmente aceptadas. Pero en un país en plena revisión de sus valores democráticos, ciudadanos y morales, este tipo de regulaciones deben hacerse con el máximo consenso.
Algunos ejemplos recientes de moralismo o corrección política extrema no son un buen punto de arranque para esta regulación.
La la reforma de la televisión es para Zapatero una de las misiones fundamentales de su visión cívica.
El talante del que hace gala el presidente debe lograr el máximo acuerdo y no caer en excesos morales o políticos.
elmundo.es | Código de RTVE para la protección de los menores | pdf
elmundo.es - Gobierno y cadenas pactarán un Código que proteja a los niños de los contenidos de la televisión
ABC | El Gobierno y las TV firman un pacto de corregulación para evitar la telebasura en horario infantil
P21 | La televisión silencia
Un día después descubro este artículo de Haro Tecglen: Cuidado, cuidado