No estará muy bien visto. Quienes ya criticaban la posición política de Público ya tienen más munición: su director deja el periódico por la Secretaría de Estado de Comunicación poco más de un año después de asumir el cargo.
Jesús Maraña, subdirector ya con Nacho Escolar y auténtico hombre fuerte del diario, asume la dirección.
Nieves Goicoechea deja la jefatura de Comunicación del gobierno tras una de las etapas más grises y menos políticas que se recuerda, asfixiada por las presiones de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y sus más directas colaboradoras. Y con un presidente que hace tiempo perdió el control de la comunicación política.
Público tiene un problema. El gobierno, otro.
Tres directores en tres años y el paso de un editor ejecutivo, Ernesto Ekaizer, del que poco se recuerda más allá de sus choques con la dirección y los editores.
Maraña es la estabilidad, pero poco queda del diario fresco y un poco alternativo que arrancó con un equipo joven y con nuevas ideas encabezado por Ignacio Escolar.
Las ventas crecen. Una fuerte inversión en promociones y los acuerdos con diarios locales para la venta conjunta las impulsan. El hueco del diario es claro: a la izquierda de El País hay sitio para un diario nacional. Pero la pregunta es para qué diario, con qué dimensión, qué estrategia de comercialización y qué contenidos.
La respuesta sigue sin estar clara.
El gobierno ha perdido hace tiempo su estrategia de comunicación. Es un ejemplo de todo lo que no se debe hacer, con confusiones, marchas atrás constantes, mala interlocución con los medios y el resto de partidos. Pero sobre todo la tendencia a promesas y declaraciones que acaban en entredicho o en la irrealidad.
Miguel Barroso dejó la Secretaría de Comunicación después de definir varias estrategias que todavía siguen influyendo en algunas áreas. La redefinición del panorama televisivo, la apuesta por la sociedad de la información y la estrategia del talante de ZP son en gran parte obras suyas.
Fernando Moraleda lo sustituyó en un fiasco de proporciones que exceden al cargo que desempeñaba. Sus errores, novatadas e incapacidad para gestionar un mensaje acabaron con su etapa.
Para entonces ya la vicepresidenta hacía tiempo que jugaba un papel de cara del gobierno muy cuestionado internamente, pero que se mantiene y ha ido ganando poder.
Nieves Goicoechea dejó la Ser para hacerse cargo del puesto con un perfil más técnico del que no ha salido.
Félix Monteira es el siguiente. A Público le ha aportado más información, un criterio más parecido al de la agenda del resto de diarios y una separación cada vez más evidente del proyecto definido por Toni Cases y puesto en marcha por Ignacio Escolar.
Está por ver cómo será el nuevo Público de Jesús Maraña y si Monteira llega hasta las próximas elecciones.