Las televisiones ya tienen su dividendo digital. El apagón analógico permite al gobierno adjudicar un múltiplex completo -cuatro canales de TDT- a todos los canales nacionales y dos múltiples para RTVE y las emisoras autonómicas.
Precio: resintonización de canales para todos y a reantenizar una gran parte de los puntos de recepción. Los ciudadanos pagan el sobreprecio de una transición a la TDT demasiado apurada y muchas veces errática.
Las televisiones tienen deben liberar las frecuencias de 790 a 862 Mhz (canales radioeléctricos 61 a 69) que hasta ahora ocupaban para asignar ese dividendo digital a los nuevos servicios de telecomunicaciones de banda ancha. En 2015 deben estar disponibles para las telefónicas.
Lo curioso es que gran parte de los nuevos servicios estarán dedicados a distribuir servicios audiovisuales, tanto de contenidos televisivos como videotelefonía IP y otros contenidos de la convergencia entre internet y la televisión.
¿Para esto tanto apuro?
Todos sufrimos las consecuencias de las prisas en un apagón que a la larga será demasiado costoso.
Los ciudadanos porque se retrasa la expansión de la banda ancha y el tendido de las líneas de nueva generación (LTE) que aseguran los servicios avanzados de la sociedad de la información.
Las empresas y la economía en general porque se ralentiza el desarrollo de productos, servicios y soluciones para las nuevas redes de la economía digital.
Las propias televisiones porque a pesar de sostener el control del mercado y el sistema de licencias, deben sufragar los gastos tecnológicos de tanta mudanza.
Y además invertir en el desarrollo de la nueva televisión de alta definición o 3D, que demandan al menos dos canales de cada múltiplex. Y los grandes de la televisión no están muy dispuestos de desinvertir en sus temáticos de TDT para apostar por las nuevas tecnologías de la imagen.
Para animarlos también se han renovado las concesiones de los canales de televisión nacional a Antena 3, Telecinco y Sogecable, los nacidos antes de la ampliación de la nueva televisión en 2005.