La Sexta ya está en muchos televisores. No tantos como los prometidos, pero muchos. Los antenistas le estarán agradecidos. Su apuesta por el Mundial de Alemania ha disparado la cadena hasta una audiencia media del 7,3% la semana pasada frente a un 0,6% en mayo. Ha sumado 38,4 puntos más día a día en la primera semana de competición, según ABC.
Cuatro es la otra beneficiada. Marcó un histórico récord de 6,9 millones de espectadores y un 43,5% de audiencia en el primer partido de España. La primera semana de Mundial le da un 7,7% de cuota frente a un 6,1% de media en mayo.
El Mundial de Fútbol está rompiendo techos de audiencia en muchos países, un 30% más televidentes que en el de Corea de 2002. El seguimiento sólo ha caído en Asia, ahora con el horario en contra.
Televisión Española es una de las peor paradas. Ha cedido 32,9 puntos de audiencia a lo largo de la semana mundialista y TVE-1 baja 2,2 puntos de media de mayo a la semana pasada: de 18,7 a 16,5, uno de los peores registros de su historia.
Con estas cifras no es de extrañar la apuesta de La Sexta por los derechos del Barcelona y su asedio a Audiovisual Sport (Sogecable y TV3), gestora de los derechos del fútbol, que acabará con el fin de la gran baza de pago por visión de Digital Plus o con un nuevo socio que dejaría fuera del negocio de la Liga al resto de cadenas públicas, a Antena 3 (que emitirá un partido de Liga de Campeones la próxima temporada) y a Telecinco.
El envite de Mediapro ha puesto el precio del fúbol por las nubes: el FC Barcelona recibirá mil millones de euros en siete años. Si apuesta por los derechos de más clubes la cifra se disparará cuando ya se cuestiona su rentabilidad financiera.
Lo que no hay duda es que La Sexta se ha situado de un patadón en el mercado y en los mandos de los televisores.