La profundidad de la Caldera de Luba, un cráter volcánico en la isla de Bioko, Guinea Ecuatorial, y si alguien ha hollado sus entrañas tiene sublevados a los guineanos españoles (muchos de ellos de la época de la colonia) contra El País (dos artículos, 1 y 2) y el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid Ignacio Martín por presentar su expedición científica como la única que ha llegado a las profundidades del volcán.
Los guineanos están indignados porque defienden la existencia previa de "al menos cuatro expediciones documentadas a la Gran Caldera de San Carlos (hoy Lubá)".
El Mundo también anunció la exploración, pero los airados lectores no parecen tan enojados con este periódico.
Pero no son los únicos enfadados. El Programa para la Protección de la Biodiversidad de Bioko (BBPP), formado por una universidad norteamericana y la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial organizan una expedición anual financiada por grandes compañías petroleras, National Geographic o el zoo de Los Ángeles. Su objetivo principal son algunas especies de monos y especialmente mandriles.
Ya están organizando la expedición del año próximo.
Entre los indignados está también el diario norteamericano Philadelphia Inquirer. Dos de sus reporteros, Andrew Maykuth y Barbara Johnston, viajaron en la expedición de 2005 y contaron sus andanzas en el periódico y en un blog donde el periodista se enojó con los reportajes de El País.
El blog de Ignacio Martín desapareció de El País (como contaba hace un mes Malaprensa) cuando los guineanos españoles comenzaron a protestar en los comentarios. Del explorador y sus descubrimientos no se ha vuelto a saber. Los denunciantes siguen exigiendo una rectificación que no llega.
Dice Paul Theroux en su libro Dark Star Safari que "todas las noticias que salen de África son malas", como si el espíritu de Kurtz, el personaje de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, hubiese difundido su horror por todo el continente.
La maldición de la selva ha caído sobre la exploración de Ignacio Martín y sus promotores.