Monday, June 19, 2006

Estatutados

En La Moncloa no sabían nada. Los periodistas no podían entrar. "¿Pero si va a hablar el presidente del Gobierno?", reclamaban. "A nosotros no nos han dicho nada", respondían los guardianes de la puerta. Las televisiones y las radios enfadadas. No daría tiempo a preparar los equipos. Descoordinación entre política y administración.
Al final entraron los periodistas para oír las declaraciones del presidente Zapatero sobre el referendo del estatuto catalán pero la urgencia dificultó algún directo en radio y televisión.
Salió el presidente y dijo: "La España autonómica avanza". Como si hubiera estado parada. Y cargó contra el presidente del PP, Mariano Rajoy, con una ira quizá excesiva en una declaración institucional ante un referendo.
"Pepe, un brindis con los periodistas con cava catalán". José Blanco no atendió la petición de su equipo. Nada de brindar con cava por los resultados del referéndum, aclaró, que luego algún editor y algún director piden cuentas a sus reporteros de porqué brindan con los políticos. Y ya se sabe que es difícil decir no a una invitación de las fuentes.
Blanco, con buen sentido, se retiró a los adentros de Ferraz y brindó, pero con su equipo. Hubo foto, pero sin compromiso para informadores.
En Génova, caras circunspectas. La oposición del PP y ERC al estatut logró menos respaldo que los votos de las anteriores elecciones, a pesar de que los votantes del PP han sido más disciplinados y acudieron a las urnas.
En Esquerra, como en el estatuto del 79, división de opiniones. El no se repartió con la abstención.
Los independentistas tampoco están contentos y hacen autocrítica. Sólo 10.000 catalanes han votado conscientemente por la independencia, según Enric Borràs, promotor de la campaña Vota independencia.
Sólo algo menos de la mitad de Cataluña fue a las urnas. Los que fueron votaron mayoritariamente sí. El no prefirió la playa, la familia, el Mundial o lo paralizó la duda.
Todos estancados. Estatutados. Los políticos catalanes se han pasado tres años definiendo un nuevo estatuto de autonomía que no es futuro porque ya nace demasiado cuestionado y no para la carrera de las reivindicaciones. La gente ha estado alejada de esas urgencias y los votos de ayer lo corroboran.
Demasiada política en un estatuto que es el sueño de Xavier Rubert de Ventós, uno de los grandes inspiradores de Maragall. La Generalitat concentra el poder, es el estado patrón, grande y omnipresente en la sociedad. La ley da más poder a los políticos, cada vez más.
Pero los ciudadanos no están convencidos. Quizá les hubiera gustado que el gobierno tripartito hubiera gobernado más en lugar de estar concentrado en ampliar su poder.
Lo mismo se puede decir del proyecto de la España plural de Zapatero. La pluralidad empieza por cada uno de los ciudadanos, no por los territorios ni las adscripciones políticas. El republicanismo de los socialistas quiere asegurar participación y bienestar a los ciudadanos. El bienestar necesita dinero y Cataluña tendrá más con el nuevo estatuto. Participación parece que menos que con el estatuto anterior.
Ni unos ni otros han ganado y sólo Esquerra ha admitido su derrota. Los políticos están encerrados en una polémica excesiva para los ciudadanos. Pero los catalanes y el resto hemos soportado una erosión cívica y política enorme en estos tres años transcurridos desde que el 12 de febrero de 2004 comenzara la reforma estatutaria en el Parlament.
Los políticos deben reflexionar y recordar a quien sirven. Tanto estatuto, en Cataluña y en el resto de autonomías enfervorecidas en carrera de poderes, hacen sospechar que trabajan más para ellos que para la sociedad.