Sunday, June 25, 2006

Butroneros

Chirriar de neumáticos. ¡BOOOOMMMMMM! Retumba toda la calle. Chirridos. ¡KAAAA BOOOOOOMMMM! Acelerones. Comienzan a abrirse las ventanas de los vecinos. La mañana despierta con un agujero. Butroneros contra un concesionario de Opel en Madrid. 8.40 pasadas. Los vecinos salen a las ventanas y gritan: ¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Policía! Otros dan la alarma desde sus teléfonos.
Alunizaje contra la puerta del taller. Los quinquis intentan acabar lo suyo. Pero la puerta resiste. El BMW verde hace un doble tirabuzón contra las puertas metálicas del concesionario. Encaramado. Retorcido como sólo se retuercern los hierros viejos. La puerta de la Opel aguantó las embestidas. Una fortaleza de metal y pintura blanca. Dobló, pero no lo suficiente como para permitir entrar.
Los butroneros huyen en otro coche. Nada. Rompieron la mañana y la paz de la gente para nada. Los vecinos están asomados en las ventanas y algunos bajan a ver los desperfectos. Comentan. La inseguridad, cada día más quinquis. Alguno mira la placa del fabricante de la puerta pensando quizás en su garage.
Un rato largo después llega la policía. Uno detrás de otro. Tres coches. Los vecinos han ido desapareciendo de las ventanas y la calle para vivir su domingo. No hay muchos destrozos. Los butroneros fueron a lo suyo y el BMW no pudo con la puerta del taller.
Tres coches de policía y una docena de agentes comentan. Esperan. Hablan de sus turnos. De uno que no apareció y otro que tuvo que cubrir su turno.
El BMW retorcido espera a la grúa.