Hacinados en una sala de aeropuerto. Retenidos. Sospechosos. Humillados. Despreciados. Viajeros violados por la ignominia de las vallas, los muros y las fronteras.
Los aeropuertos no son para viajar. Cada día más son centros de control y hacinamiento. Ese mundo libre prometido por la globalización es una valla.
Europa se encierra sobre sí misma. Para proteger su miedo y su superioridad económica.
Encerrados en nuestra propia cárcel. Teorema del miedo encerrado.