Pasaron las elecciones. Zapatero seguirá en La Moncloa cuatro años más. Antonio Asensio Mosbach ya puede recibir esta semana las ofertas definitivas sobre el Grupo Zeta.
Dos son los candidatos: el dueño de Mediapro y Público, Jaume Roures, que compite con Imagina (su sociedad con Globomedia y Juan Abelló) y el siderúrgico extremeño y socio de Prisa Alfonso Gallardo, el revitalizador de una nueva ruta de la plata con un gran y contestado proyecto de refinería en Extremadura.
Y Zeta será para...
El precio es demasiado alto. José Manuel Lara, presidente de Planeta, lo dijo hace tiempo. También se han quejado Vocento, Moll y Prisa. Antonio Asensio hijo ha vivido muchos años de ensueños. Y sigue, atrapado por la televisión que le fascina.
Poca información interna. Los corrillos no han parado en todas las empresas Zeta entre las amenazas de algunos directores de dimitir si el grupo era para cierto candidato o la huelga de Tiempo e Interviú.
Los trabajadores, abandonados como siempre por una empresa que vive hace mucho tiempo muy alejada de su propia realidad.
Un plan de viabilidad costoso. El precio de venta es alto. Y más aún los costes del plan de viabilidad presentado a los compradores. Asensio Mosbach quiere irse sin dolor. El comprador tendrá que asumir la reestructuración demorada en el tiempo de un grupo que ahora mismo está en tierra de nadie en el panorama mediático.
Un puzzle con piezas que no encajan. Hace mucho tiempo que Zeta no tiene voz propia. Una cosa es El Periódico de Catalunya y los diarios regionales, otra las revistas clásicas (Interviú o Tiempo), otras las nuevas como Cuore y en el backoffice de la cuenta de resultados, las corporativas.
Ediciones B es otra isla, para la parece que sigue abierta la opción de una compra de RBA.
Los apoyos políticos se dividen. Roures es la gran apuesta de comunicación de La Moncloa. Tiene a su favor ser catalán de probada filiación política. Las bendiciones de la Generalitat están garantizadas.
Gallardo es un empresario en auge con grandes apoyos en Andalucía y Extremadura, donde su proyecto de refinería ha sido bien defendido por el gobierno de Rodríguez Ibarra, pero sus empresas se extienden por Asturias y el País Vasco, lugares por los que va acumulando relaciones políticas gracias a la compra de las herencias de la reestructuración industrial de los años 80.
Es socio de Prisa en televisiones locales y compró en 2007 los diarios locales de la empresa de Polanco y El País en Andalucía: El Correo de Andalucía y Diario de Jaén, además de entrar en Odiel Press (Huelva).
El propio Gaspar Zarrías, todopoderoso hombre de Manuel Chaves, participó en la operación.
Muchos todavía piensan que en el desmembramiento de Zeta Gallardo se quedaría con los regionales donde tiene intereses y dejaría los negocios nacionales como El Periódico a Prisa, que sigue soñando y necesita cada vez más un plantón en Cataluña.
Así que los apoyos políticos están repartidos.
La solución, en breve. La mayoría de las fuentes conocedoras del proceso creen que la decisión se tomará esta semana o la próxima. La demora de las elecciones ya se ha hecho excesiva y el próximo dueño de Zeta deberá diseñar el futuro de los medios para los próximos años, tanto por la situación política como por la velocidad de cambio del mercado.