Los abonados a la catástrofe como justificación de su existencia, su negocio y su poder ya trompetean otra deslegitimación democrática como la que intentaron en 2004.
Han vivido de ese ardid durante los últimos cuatro años y no quieren soltarlo.
Federico Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez han vuelto a poner en duda la legitimidad democrática a costa de los atentados terroristas. Y ya le escriben el guión al PP si esta noche la derrota los desorienta.
Se olvidan de cuando Aznar ganó con atentados.
En realidad se olvidan de todo. Sólo les interesa su presente y la crispación de la que viven.
Toman por tontos, por niños miedosos a los ciudadanos. Y muchos, contentos. Pero la democracia y la gente es más sabia que su maldad.