Monday, October 08, 2012

Producción propia: la hora de la televisión en internet


YouTube ya quiere ser una televisión de verdad. Netflix y Hulu, también. La hora de la convergencia de la televisión e internet llega con la descentralización de la distribución, la disponibilidad en todas las pantallas y la producción propia.
Ahora sí, es el momento. La televisión y el mercado audiovisual siempre han cambiado por el fin del monolopio de la distribución y los contenidos. Ocurrió con la ruptura del monopolio del Edison Trust (Motion Picture Patents Company) y más tarde del propio Hollywood y el monopolio de los grandes estudios, que aún mantienen en gran parte las majors. Pero también cuando el cable abrió la televisión más allá de los canales de aire o cuando la TDT en España rompió la estrecha rigidez de la televisión privada.
YouTube, Netflix y Hulu se lanzan a la producción propia de contenidos de calidad y a la adquisición de derechos de contenidos premium cuando la democratización de la distribución está garantizada con el vídeo en internet y la fragmentación de la multipantalla: televisores, televisión conectada, ordenadores, tabletas y móviles.
YouTube lanza una nueva oleada de canales de nicho en Francia, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos. Los suma a los más de cien que ya estrenó hace un año y con los que ha logrado un millón de espectadores a la semana en los 25 más vistos y cien mil suscriptores.
La mayoría de los canales temáticos se sostienen con promociones (sponsors), el formato publicitario que más está creciendo en los medios digitales y que mejores resultados da a los anunciantes. La consultora Idate calcula en 2.500 millones de euros el mercado mundial de vídeo para la televisión conectada y OTT (vídeo en internet): 31% de la publicidad para contenidos premium y un 37% para el mercado de pago.
En España YouTube ha avanzado también hacia el fútbol con el canal La Liga, donde se ofrecen los goles de cada jornada gracias a un acuerdo con Mediapro, el propietario de los derechos del fútbol televisado. Pero además en la plataforma de vídeo conviven otros canales como el de la Liga BBVA y el de Gillette Football Club, ejemplo del modelo de negocio de contenidos promocionados (branded content) en la plataforma.
Netflix (27 millones de suscriptores) y Hulu, los dos grandes del vídeo y la televisión bajo demanda en Estados Unidos también se suman a la puja por hacerse con derechos de contenidos de calidad para el streaming con presupuestos comparables a las televisiones.
Netflix gastó 2.000 millones de dólares en contenidos en 2011 y Hulu prevé invertir 500 millones de dólares este año. El gasto en costes de producción de las dos grandes televisiones españolas, Mediaset y Antena 3 ronda los 250 millones de euros en cada una de ellas.
Con la apuesta por la producción propia y la compra de derechos audiovisuales cierra la primera fase del vídeo en internet para apostar por el contenido premium, la publicidad segmentada y la multipantalla, las verdaderas killer apps de la televisión convencional que YouTube y las nuevas plataformas llevan tiempo construyendo.
Con la audiencia en las nuevas pantallas y la búsqueda de los anunciantes de mejores oportunidades con mayor segmentación, precio ajustado y mejor retorno, el momento de la televisión 2.0 parece haber llegado.
La última fase es la pelea por el fin de las licencias de frecuencias, el sistema de ventanas que anima la piratería e incomoda a los mayores consumidores de cine y televisión, y la comercialización separada de derechos nacionales frente al mercado único y simultáneo (europeo y global).
Mientras en los mercados más desarrollados los grandes de internet y el streaming potencian las nuevas plataformas audiovisuales, en España estamos atrapados en el duopolio Mediaset/Antena 3 y las televisiones intentan mantener su dominio en la televisión híbrida con el estándar HbbTV. La ventaja para los espectadores es que ese estándar permitirá la multiplicación de aplicaciones audiovisuales en las televisiones conectadas, tabletas y móviles, donde unos pocos ya disfrutan de la pequeña oferta de canales especializados que a menudo baten a algunos temáticos de la TDT.