El problema es el negocio, no la redacción. Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa, debería saberlo cuando acusa a la redacción de El País de no tener “perfiles digitales” y de resultar muy cara por tener “un salario medio de 88.000 euros”. Quien no es digital es la dirección de Prisa. La responsabilidad del negocio, en papel y digital, tanto del diario como del grupo es en primer lugar de sus directivos, no de sus trabajadores.
Es cierto que El País, como la mayoría de los diarios, tiene un problema de adaptación al universo digital de contenido, formatos y estrategia, a pesar del avance de los últimos tres años. Pero el principal problema no es el producto y la información, donde se ha avanzado mucho, sino la falta de un modelo de negocio viable.
Y esa es responsabilidad de la empresa, del área digital -donde se han duplicado estructura y cargos- y de sus directivos, no de la redacción.
Los problemas estructurales de la redacción, tanto en perfiles, renovación y adaptación al nuevo paradigma digital también son responsabilidad sobre todo de sus jefes, de los directivos de la empresa y de la propia redacción.
Todo periodista y toda persona que se ocupa de la reorganización de redacciones y desarrollo de negocio o producto sabemos que la primera condición para la transición o migración digital de los medios es un claro y motivador liderazgo. Después viene el cambio de cultura en la organización, la formación para avanzar en las nuevas necesidades, la reforma de los flujos y procesos de edición y producción, y la producción de nuevos contenidos.
La planificación de esa migración y reestructuración es la primera responsabilidad de la empresa y sus directivos, no de los periodistas. Estos tienen la responsabilidad personal y profesional de adaptarse a la naturaleza y tecnologías de la información, así como a las demandas y hábitos del público y el mercado. La responsabilidad personal y profesional es grande, pero la de la empresa y sus directivos para planificar la convergencia digital y la reestructuración de la plantilla, los recursos y el negocio es irrenunciable.
En El País hay periodistas buenos y malos, digitales y analógicos, pero la división no está en los 50 años que para su fundador, primer director, consejero delegado y ahora presidente (mucha responsabilidad durante muchos años) marca, sino en la profesionalidad, capacidad, voluntad y motivación de cada periodista.
Con 486 directivos en Prisa a finales de 2011 y una retribución al consejo de administración de más de 20 millones de euros -además de más de dos millones de acciones a precio preferente- los 105 millones de gastos de personal de los diarios de Prisa (una sexta parte del total del grupo) no son el principal problema.
Las dificultades de El País están en la falta de mayor desarrollo del negocio digital y en la caída de ingresos y difusión de un diario que ha dado la espalda -por posición editorial y por información- a una buena parte de su público tradicional.
Lo perdido en El País no se ha compensado con nuevos negocios y productos, donde además se podría haber reubicado a una parte de la plantilla, aunque hubiera que renegociar sueldos y otras condiciones que efectivamente no son sostenibles en los nuevos negocios.
Nunca es buena estrategia que el máximo responsable de un medio acuse a sus subordinados de los males que sufre. Ningún responsable de medios debería seguir la estrategia de Cebrián porque sólo con redacciones motivadas y de calidad se podrá hacer el periodismo que los ciudadanos sigan deseando, consumiendo, pagando y considerando relevante para la democracia y para su vida cotidiana.
En P21 | Datos para entender la crisis de El País