Wednesday, October 31, 2012

En defensa de TV3 y las autonómicas, pero con mejoras

Un grupo de profesionales e investigadores publica un informe en defensa de TV3 y defiende la consideración del servicio público más allá de la contabilidad y los argumentos económicos, además de denunciar los intentos del PP de acabar con el modelo de televisión pública.
Los firmantes del manifiesto reivindican el "modelo de éxito, ahora amenazado, que se debe preservar". Como beneficios principales citan la normalización del catalán y la dinamización de la industria audiovisual.
Tienen razón. La trayectoria de TV3, el liderazgo en audiencia (superior al 14% en septiembre y una cifra alrededor de su media, con varios puntos de ventaja sobre las grandes privadas) y su papel como renovador de los formatos televisivos e impulsor de la industria audiovisual catalana son innegables.
La mayor parte del sector audiovisual catalán no tendría ni la dimensión ni la calidad actual sin el motor histórico de TV3.
Los datos, el informe los califica de "economicistas", importan. Y mucho, más allá de la presión "legítima" -dice el estudio- de las privadas para hacerse con el 8% de la cuota publicitaria que mantienen las autonómicas con un descenso dramático.


La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3 y Catalunya Radio) tiene un presupuesto de 378 millones de euros para 2012 (260 de financiación pública y 84 de publicidad), cien millones menos que en 2008. Pero ha conseguido defender mejor su audiencia y hasta crecer con sus 6 canales para superar el 19% de la audiencia en Cataluña frente a unas privadas que bajan su cuota respecto al 50% que tienen en el mercado nacional por la resistencia de la audiencia de la autonómica catalana.


Sólo la Televisión de Galicia (TVG) y Aragón TV logran cuotas similares, aunque inferiores, pero superiores a la media de audiencia de las autonómicas.
TV3 también es líder en la televisión en internet, con un 22% de cobertura frente a un 14,5 de Telecinco y un 10,3% de Antena 3.
El informe defiende el modelo de producción propia de TV3 y justifica su presupuesto, la mitad que los de Mediaset o Antena 3, líderes del mercado, y una amplia plantilla de más de 2.600 trabajadores.
La radiotelevisión autonómica catalana cuesta 50 euros anuales por habitante (7,56 mill.) y 136 euros por hogar (2,78 mill.). Las subvenciones suponen 34 euros por habitante y 93,5 por hogar. La radiotelevisión catalana está entre las más caras de las autonómicas, con un coste medio de 30,6 euros por habitante y 83,7 euros por hogar, según la Forta.
Cataluña está en la franja baja del coste por habitante de la radiotelevisión pública, pero por encima de las televisiones regionales de Alemania o Francia.
Las subvenciones de las autonómicas vuelven a rondar este año los 1200 millones de euros, con una reducción muy baja respecto a la de RTVE o del resto de partidas de las administraciones públicas.


En la defensa de TV3 se echa en falta una visión crítica de la Corporación y propuesta para mejorar el servicio público audiovisual, imprescindible cuando aumenta la concentración televisiva con Mediaset (Telecinco y Cuatro) y Antena 3 (con La Sexta), dueños de más de la mitad de la audiencia y del mercado publicitario nacional.
Las cadenas autonómicas tienen que sobrevivir, pero con reformas que las hagan más competentes, eficaces, independientes y con mejor servicio público. Más plurales y transparentes.
Se echan en falta esas propuestas en la defensa de TV3 y Catalunya Ràdio. El informe alerta de "poner en riesgo el frágil equilibrio actual y general una espiral de pérdidas de calidad, de audiencia y de ingresos que acabe por destruir, de manera irreversible, el modelo de la CCMA".
Entre las fortalezas de la televisión pública catalana están unos informativos líderes, la defensa de la lengua, los dos tercios de su presupuesto que gasta en producción propia y la innovación en formatos y tecnologías que muchas veces ha liderado.
Esa preservación también exige adoptar cambios en el modelo de televisión cuando el futuro es la convergencia con internet y adaptarse, como las cadenas privadas, a un entorno de algo consumo y audiencia pero menos ingresos, publicitarios y en subvenciones.
Pero también cuando la información, base fundamental del servicio público, corre peligro por el cambio editorial en RTVE, el impacto de los recortes en los de TV3 y el enfoque comercial de los telediarios de las privadas.
No me cabe duda que TV3 tiene los profesionales adecuados para hacerlo. Por eso es un poco desasosegante que la televisión de referencia en España en muchos aspectos no afronte las estrecheces y los anuncios de más recortes para replantearse a sí misma con ayuda de todos los expertos que están a su favor.
Antes del verano un grupo de periodistas planteábamos en la Asociación de la Prensa de Madrid nuevos modelos para el servicio público de radiotelevisión. Divididos entre defensores y quienes ya consideran ese servicio irrelevante, me ratifico en los siete puntos que entonces proponía:
  1. Convergencia.
  2. Independencia.
  3. Sostenibilidad.
  4. Red pública: producción y servicio público en red.
  5. Contenidos públicos multipantalla.
  6. Social y socializada.
  7. Innovación e I+D en contenidos, tecnología y social.
Son también aplicables a la radiotelevisión catalana. TV3 lidera el cumplimiento de ellos en algunos casos y en otros tiene mucho por mejorar.
Ojalá el próximo informe sirva para defender el el empleo, la exigencia profesional, la calidad, el pluralismo, la independencia y tantos otros factores sin encerrarse en el inmovilismo y el temor ni renunciar a seguir mejorando el servicio público y su eficiencia social, informativa y económica. Para los ciudadanos hace más falta que nunca en un escenario de abundancia necesitado de criterios sociales de calidad.