Pisos de alquiler con wifi. Una promotora municipal de San Cugat (Barcelona) alquilará pisos de protección oficial conectados. La empresa tiene autorización de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para instalar una red inalámbrica en el edificio e incluir el wifi en el alquiler. Un paso adelante en la larga marcha del wifi comunitario, tan anhelado en zonas poco rentables para las telefónicas, pero pequeño cuando hace pocos días se aprobaba la obligación para los nuevos edificios de incluir acceso a redes de fibra óptica y cable para conectarse a banda ancha ultrarrápida.
Cuando la Comisión Europea aspira a que la mitad de los ciudadanos tengan una conexión de al menos cien megas en el año 2020 y tanto las Naciones Unidas como la Unión Internacional de Comunicaciones defienden el acceso a banda ancha como un derecho civil básico, las infraestructuras para las redes de la sociedad de la información deberían ser tan importantes como el agua o la electricidad en los edificios. Pero quizá se ha perdido demasiado tiempo cambiando antenas para una TDT que ya es obsoleta frente a las nuevas ofertas de televisión híbrida y la convergencia con internet.
La CMT pone condiciones a los pisos de Sant Cugat: la promotora no puede obtener beneficios, en los recibos mensuales se desglosará la cuota de internet y debe quedar claro qué operador presta el servicio. No estaría mal que tanto promotores como compradores de pisos tomaran nota. Acceder a banda ancha más barata, con más velocidad y redes de nueva generación puede ser tan importante para revitalizar el mercado de la vivienda como los acabados, los muebles de cocina o el trastero. Quien viva con conexiones rápidas tendrá más ventajas en su hogar, su trabajo y su ocio cotidiano.
Una casa sin buena conexión está impedida para el hogar digital, un proyecto de casas inteligentes donde las telecomunicaciones y la electrónica mejoran la vida de sus habitantes. Ojalá cada vez haya más casas conectadas, preparadas para mejorar sus servicios y que ayuden a los ciudadanos a disfrutar de una sociedad de la información todavía cara y de baja velocidad.
Columna en los medios de Vocento