Israel al fin permitirá a un puñado de corresponsales extranjeros entrar en Gaza para informar de las consecuencias de su ofensiva militar contra Hamás. La Corte Suprema israelí ha decidido permitir la entrada de una docena de periodistas extranjeros, cuyo trabajo ha sido impedido por el ejército israelí desde noviembre.
El ejército sólo les permite informar cuando hay fuertes combates que justifican sus ofensivas.
Los militares israelíes han respondido a la decisión argumentando su preferencia por los colaboradores palestinos de la prensa internacional, los que hacen casi todo el trabajo de campo para los corresponsales, porque en su opinión son menos manipulados por Hamás.
Pero Gaza no sólo está cerrada para los periodistas extranajeros, los reporteros israelíes sufren una prohibición de más de un año que sólo algunos violan.
Gaza es un territorio cerrado a la prensa por los israelíes desde bastante antes de la invasión.
Quizá por eso la cadena de televisión árabe Al Jazeera se ha convertido en una fuente indispensable de información tanto para los países árabes como para otros, aunque sus imágenes lleguen muy raramente al público occidental.
La guerra de la información también se libra en Gaza.