El País llega de nuevo a todos sus puntos de venta con normalidad. Titular en la edición dominical de El País el segundo día de huelga. Y en la web presente gran parte del día. Es la exhibición de fuerza de la empresa frente a los huelguistas.
El sábado los lectores se encontraron con un diario sin firmas, tal como habían pedido los trabajadores.
El domingo las firmas de colaboradores, articulistas, no huelguistas y cargos redaccionales borraron la sorpresa que muchos lectores podían haber sentido. La empresa editora no dejó que el domingo, el día que duplica la difusión y triplica la audiencia del diario se convirtiera en un manifiesto laboral.
Sólo faltaron las ediciones locales, irrelevantes para la mayoría de los lectores del diario nacional.
La redacción de El País trabaja de nuevo. Pero pasará mucho tiempo antes de que se cure, si es que lo hace, una herida que marca el fin de una época con Juan Luis Cebrián a la cabeza.
En la reivindicación laboral de los trabajadores de Prisa pesa más el futuro del diario y del grupo Prisa que el traspaso de 57 comerciales a una nueva empresa.
Enero será un mes duro. Prisa presentará sus resultados de 2008, que se auguran malos, como en todos los medios. Debe refinanciar 2.000 millones de euros de su deuda, vender Digital Plus y encontrar nuevos socios si quiere mantener su tamaño y poder.
La otra opción es adelgazar, como ha ocurrido en otros grupos. Ajustar costes, cerrar los negocios menos rentables y vender lo que se pueda. Desaparecer de algunos países donde las inversiones realizadas no son suficientemente rentables ni estratégicas y concentrarse en el corazón del negocio: libros y formación, prensa nacional y radio.
Pero además Prisa debe completar una conversión hacia el negocio digital que por el momento no tiene la dimensión, la fortaleza estratégica ni aporta los ingresos y beneficios que ya consiguen otros grupos.
Prisacom sigue en pérdidas -1,8 millones en la cuenta de resultados en lo que va de 2008- y logró unos ingresos operativos de 25,7 millones de euros en los nueve primeros meses del año frente a 24,3 millones el año pasado, un crecimiento de menos del 6%, muy por debajo del sector.
Internet y los nuevos medios sólo suponen un 1% de los ingresos del grupo frente a un 7% en grupos rivales como Vocento o el 12% de grupos en transición como The New York Times.
La acción está por los suelos, a 2,15 euros en el último cierre y con la menor capitalización de su historia, por debajo de los 471 millones de euros.
La huelga acaba, pero la confianza se ha roto.