España ante una pantalla. 15,605 millones de espectadores siguieron la prórroga de la final del Mundial entre España y Holanda, 14 millones durante el partido con cuotas del 85,9% y el 82,9% de audiencia respectivamente. Pero no están todos, fueron más, bastantes más los que se reunieron en pantallas gigantes, bares, casas de amigos, etc.
Fue la emisión más vista en televisión desde que se miden las audiencias. Y se queda pequeña porque en acontecimientos así los audímetros no reflejan la realidad.
Cuando Iniesta marcó el gol de la victoria, los audímetros reflejaron 16,8 millones de telespectadores, un 91% de cuota.
Un éxito para Telecinco, que sigue con su racha de hacerse con los derechos de acontecimientos como el Mundial de Fútbol, la Fórmula 1 y otros cuando mejores resultados consiguen los deportistas españoles.
El día acabó para Telecinco con una cuota del 34,4% de audiencia y empujó al resto de cadenas por debajo del 8%.
La Fifa también adelanta una audiencia en todo el mundo de más de 700 millones de telespectadores, por encima de la final Italia-Francia de 2006.
La audiencia acumulada de todo el partido fue de 19,7 millones de telespectadores contados con las limitaciones de los audímetros, con Andalucía y Cataluña a la cabeza con más de 3,4 millones de telespectadores cada uno. El cabreo de los últimos días por la sentencia del Estatut hizo bajar la cuota de audiencia al 78% en esta comunidad, aunque todavía por encima de Euskadi, tradicionalmente menos comprometida con las selecciones deportivas españolas: 75,3% de cuota, la más baja entre las comunidades.
A lo largo de todo el Mundial se ha podido seguir muy claramente cuál es el nuevo comportamiento de los televidentes 2.0, multitarea y enganchados a todas las pantallas.
El siguiente gráfico superpone la audiencia minuto a minuto del partido (rojo) y el tráfico en Tuenti (azul), la red social preferida de los jóvenes.
En ella se puede ver claramente cómo los usuarios de redes sociales siguen consumiendo la televisión en estos grandes eventos, muy por encima de la retransmisión en streaming en internet, donde también se puede participar en las propias redes.
Pero el impulso de comentar y compartir a través de las redes sociales aumenta. Cómo es habitual, el descanso del partido fue aprovechado para comentar con los amigos virtuales, igual que el comienzo de la prórroga y su descanso. Acabada la final, la participación en las redes sociales se dispara, aunque mucho menos que en partidos anteriores, porque esta vez las celebraciones en la calle también ganaron la batalla a las redes sociales.
De lo que no he encontrado datos es de la audiencia del beso de Iker Casillas y Sara Carbonero, un nuevo hito en la evolución del periodismo deportivo que Telecinco ya se apresura a rentabilizar (pero de eso ya hablaremos).