Se acabó. Iñaki Gabilondo, el periodista que dejó el liderazgo en la Ser para presentar el informativo estrella de Cuatro, es sustituido por Javier Ruiz. Gabilondo mantendrá su comentario en el informativo, pero ya no será la cara de la información en la cadena, inmersa en la fusión con Telecinco.
Juan Pedro Valentín ejecuta un cambio en los informativos de Cuatro imprescindible y postergado. Y los prepara para una fusión con Informativos Telecinco que nadie como él, su director durante tanto tiempo, conoce.
Tendrá la misión -ya acordada- de crear una nueva estructura donde se temen muchas redundancias de recursos y profesionales. Cada cadena mantendrá sus informativos. Telecinco nunca les ha prestado demasiada atención y es el eterno tercero tras La 1 y Antena 3, aunque ha recuperado posiciones en la edición de noche. En Cuatro la apuesta informativa siempre ha estado más pendiente del fútbol que de la información general, por mucho que pertenezca al grupo de El País y la Ser.
Los nuevos informativos de Cuatro serán más largos -45 minutos- y adelantan la hora antes de los telediarios de las grandes cadenas y de las autonómicas. Todas las caras serán más jóvenes, se refuerza la apuesta por el fútbol en competencia horaria con el resto de telediarios y se crea un nuevo matinal.
Puede o no ser la solución. Pero desde luego es una alternativa.
Fin del telediario de autor. Gabilondo era el último de esta estirpe. Ni Matías Prats ni Pedro Piqueras sostienen ese estatuto.
¿Puede hacerlo Pepa Bueno? Quizá si se desprende un poco más del envaramiento de la televisión pública y su agenda y la producción y edición informativa de la tarde se separa más de la de mediodía. Hoy muchas veces parece que en la redacción de TVE sólo se trabaja por la mañana.
El cambio en Cuatro es obligado. Sus informativos cerraron el año con menos de un millón de espectadores y una cuota de audiencia del 8,1%, a mucha distancia de las tres grandes cadenas y por debajo incluso del informativo estrella de TV-3 en Cataluña.
Con Gabilondo, peor. Ochocientos mil espectadores, 370.000 menos que a mediodía, y casi cuatro puntos menos de audiencia: 6,2, a mayor distancia de la competencia y acechado por La Sexta.
En CNN + las cosas no van mucho mejor. La cadena informativa de Prisa nunca acabó de cuajar. La limitación de la televisión de pago la arrumbó en una clientela en la que nunca consiguió cimentar un prestigio y una influencia para el que era necesario otra agenda y otros planteamientos.
Con la TDT el canal de noticias 24 Horas de RTVE ya lo supera en audiencia: 0,6 frente a 0,4 en diciembre. Pero también lo hacen las televisiones de opinión de la derecha: Intereconomía y Veo7.
En una televisión siempre polarizada políticamente la concentración de cadenas tendrá consecuencias inevitables aunque el espectro en el mando a distancia no es paralelo al sociológico.
Pero la agenda temática, el trabajo informativo, el estilo y los formatos deberían también marcar diferencias. ¿Hay espacio más allá de los sucesos, las trivialidades y el fútbol? Veremos si la apuesta de Valentín ofrece alguna alternativa.