Jamendo, la web de distribución de música libre con licencias abiertas Creative Commons está en venta para lograr 1,5 millones de euros y poder seguir funcionando.
¿Es el fracaso de la empresa o una crisis de la música libre?
Jamendo nunca ha sido un ejemplo de buen funcionamiento, pero la invisibilidad y falta de popularidad de su música es un problema no resuelto de la música libre de derechos.
Sus casi 30.000 álbumes publicados y sus 700.000 miembros registrados no son suficientes para la sostenibilidad de la plataforma. Y seguramente tampoco para dar a los músicos los rendimientos esperados.
Las quejas de los usuarios, sobre todo de quienes distribuyen su música en ella son frecuentes y el propio moderador de la comunidad en España, Pantera Negra, ha abandonado su puesto y se queja en su despedida de los problemas de gestión de la web.
¿Cuáles son las alternativas?
Una red social como la de Ning propuesta por los descontentos de Jamendo u otras como Música Copyleft; integrarse en otros servicios como MySpace, u optar por una red P2P de intercambio.
Cualquiera de esas alternativas pueden tener el mismo problema de Jamendo. Para pagar alojamiento, gestión, promoción, etc. se necesitan ingresos aunque no se pague por la música.
Esa necesidad llevó a Jamendo a lanzar una alternativa de pago por la música para establecimientos o derechos para creaciones multimedia.
No es suficiente. No al menos para que sus músicos atraigan un interés que permita la viabilidad de la plataforma.
El problema de la mayoría de las webs de música es el alto coste de los derechos digitales. Puede llevarlas a morir de éxito sino consiguen suficiente financiación. Pero para las iniciativas de música libre el problema es conseguir suficiente atención para rentabilizar su funcionamiento y hacer visibles al público su música.
La larga cola no funciona si no se tiene una alta penetración en ciertos nichos con suficiente poder de promoción de los músicos.
Una web de música libre tiene el mismo problema de las comerciales: ¿cómo conseguir ingresos?
No paga derechos, pero sí el resto de costes. Sus músicos deben además percibir rendimiento en popularidad, atención, contrataciones, etc. para atraer a otros autores y conseguir un catálogo atractivo para lograr una audiencia que permita conseguir ingresos y captar a nuevos usuarios.
Si no hay suficiente rotación de música no se consigue una circulación de usuarios y una frecuencia de uso de la página imprescindible para su éxito. Y sin esa intensidad y volumen de consumo tampoco aumenta la popularidad y el reconocimiento de los músicos para su actividad profesional.
Alojar música no es suficiente. Hace falta un buen sistema de promoción, facilidad de acceso, buen buscador, recomendaciones sociales o algorítmicas y, si es posible, acceso o consumo de la música a través de diferentes plataformas de forma sencilla.
Pero además se necesita promoción. Sin ella es todavía muy difícil lograr público y reputación o notoriedad suficiente. Fuera de los circuitos de promoción de la música en medios, blogs de éxito o en sin entrar en un circuito de música en directo adecuado es muy difícil sobrevivir y expandir la música. Por mucho que sea gratis.
El gran problema de la larga cola es que mucha más gente consume más música de más músicos, pero los grandes éxitos siguen dominando el negocio y la atención de la mayor parte del público. Y con ellos, el dinero de la música.