Martxelo Otamendi, periodista y director de Berria, se sentará mañana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional acusado de pertenecer a ETA. Junto a él, Joan Mari Torrealdai, Iñaki Uria, Txema Auzmendi y Xabier Oleaga, responsables de Egunkaria, diario cerrado en el año 2003.
Egunkaria era el único diario editado íntegramente en euskera. El juez Garzón no vio indicios para perseguirlo en 2001, como desvela Otamendi en esta entrevista, pero el juez Juan del Olmo lo cerró en 2003. La fiscalía ha pedido el sobreseimiento y descartado las acusaciones, pero la acusación popular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la plataforma Dignidad y Justicia sienta a sus responsables ante el juez cuando el diario ya está irremediablemente muerto.
Martxelo Otamendi explica en esta entrevista las interioridades de la acusación y rechaza de nuevo cualquier relación con ETA de un diario que intentó ser "nacional, no nacionalista".
¿Qué era Egunkaria y cuáles eran sus objetivos?
Egunkaria era el único diario publicado en euskara. Excepto Eguna, "diario de guerra" durante la guerra de Franco, ni el euskara ni Euskal Herria tuvieron nunca un diario en euskara. Era un diario estándar, progresista, independiente, nacional (no nacionalista), íntegro en euskara, plural, necesitado de ayudas públicas para sobrevivir, pero ni público ni dependiente del que diera las ayudas.
¿Cuáles son las diferencias con el cierre de Egin?
No hay muchas diferencias en las acusaciones a unos y otros. Los directivos de Egin, fueron detenidos por orden del juez Garzón, las detenciones las realizó la Policía Nacional y no fueron torturados.
En el caso de Egunkaria, el magistrado fue Del Olmo, y las detenciones las realizó la Guardia Civil y algunos de los detenidos fuimos torturados. Se puede decir, porque es público y publicado, que la Guardia Civil ofreció al magistrado Garzón en 2001 (dos años antes del cierre) las investigaciones secretas del caso Egunkaria, pero Garzón rechazó la propuesta de la Guardia Civil de iniciar una investigación secreta, por no ver razones de peso para ello, ni para iniciar la investigación. Entonces la Guardia Civil ofreció el caso en 2001 al magistrado Del Olmo y este la aceptó. Y en 2003 decreta el cierre del diario.
¿Por qué el mantenimiento de un juicio tras la petición de archivo de la Fiscalía?
Es una locura que no tenía que haber sucedido nunca, y desde entonces se han dado un cúmulo de despropósitos. No hay acusación probada, la Fiscalía no acusa, y sólo acusan Dignidad y Justicia, y la AVT.
¿Creéis que podéis demostrar vuestra inocencia o es un caso condenado por la lucha antiterrorista?
Nuestro único delito es haber gestionado, a mucha honra, el único diario en euskara, y haberlo hecho de una manera profesional. Lo demostraremos en el juicio. Nunca fuimos de ETA, ni ETA tuvo ninguna intervención en Egunkaria.
¿Ha hecho o podría haber hecho algo ETA para ayudaros? ¿Atentados como el cometido tras la sentencia de Ekin os perjudican?
ETA no hizo nada para ayudarnos, no intervino para nada. Nos ayudaron los miles de euskaltzales (amantes del euskara) que nos dieron dinero y aliento para poner en marcha una reivindicación que hunde sus raíces a comienzos del siglo XX.
Lo que durante décadas parecía algo imposible, se materializó en 1990, sin intervención alguna de ETA.
Pero eso ya lo sabía la Guardia Civil cuando presentó al juez Del Olmo la propuesta de investigación. El objetivo del cierre del diario fue dar un aviso a los vascos-as en una época, 2000-2003 en la que la relación Madrid-Vitoria era muy mala y se hablada, y proponía en algunas tertulias, desarmar a la Ertzaintza, suspender la autonomía vasca...
Nos utilizó el PP para enviar un aviso a los vascos-as: "Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para enseñar a los vascos que tienen que cejar en sus pretensiones autodeterministas, independentistas, plan Ibarretxe o lo que sea; y para que vean que vamos en serio vamos a hacer algo que ni el más negativo de los agoreros esperan, cerramos el único diario en euskara, arrestamos en espectaculares operativos policiales a sus directivos, les acusamos de ser miembros de ETA, les incomunicamos y torturamos a algunos de ellos. Así de darán cuenta de que vamos en serio".
Los atentados nunca favorecen a nadie.
¿Cuáles son las amenazas para proyectos con similar ideario, como Berria, ahora y en el futuro?
Dependerá de la situación política del momento, de la tensión País Vasco-Madrid. Te contaré un anécdota que puede ilustrar nuestra sensación. Era la noche del 14-M, elecciones generales. Estaba en mi despacho de director de Berria reunido con los subdirectores y responsables de la sección de Política del diario, para decidir la orientación de la primera página del diario. Cuando llegaron los resultados que anunciaban la victoria del candidato del PSOE, Rodríguez Zapatero, exclamé ante mis colegas: "Estos al menos no cerrarán periódicos".
Aznar cerró Egin en el 1998 (dos años después de llegar al poder) y Egunkaria (7 años después). "Estos", como les llamé aquella noche del 14-M, llevan 5 años y todavía no han cerrado ninguno. Espero, y deseo, que dure. Por la cuenta que nos trae.