Amnistía Internacional celebra los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos criticando la hipocresía de gobiernos, políticos, instituciones y muchas personas: “La injusticia, la desigualdad y la impunidad son hoy las marcas distintivas de nuestro mundo. Los gobiernos tienen que actuar ya para acabar con el abismo que separa lo que se dice de lo que se hace”.
Los gobiernos, y la sociedad. Amnistía reconoce en su informe la mayor conciencia y movilización de la sociedad en defensa de los derechos humanos. Donde además internet y los medios sociales están facilitando el activismo y la concienciación.
Pero no es suficiente. Acabar con estos crímenes contra las personas y la humanidad es un objetivo urgente y de todos.
El informe de 2008 destaca siete tendencias sobre las que estar muy alerta:
Grupos armados y fuerzas gubernamentales utilizan impunemente a la población civil como objetivo.
La violencia contra las mujeres es omnipresente.
Se fomentan la tortura y los malos tratos como métodos aceptables de obtención de información.
Se reprime la disidencia y se ataca a periodistas y activistas.
Personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes carecen de protección.
Se niegan los derechos económicos y sociales.
Se elude la responsabilidad social corporativa por abusos contra los derechos humanos.
En España y Europa hay que estar muy atentos con el trato a los inmigrantes y los abusos que se producen y aumentar la vigilancia sobre las grandes empresas y multinacionales que exhiben con hipocresía responsabilidad corporativa como marketing del buenismo para seguir practicando un capitalismo abusivo e inhumano en muchos países o, simplemente, cierran los ojos ante los enormes beneficios de aceptar complacidos las condiciones abusivas del trabajo y el negocio en los países menos desarrollados.