Yoani Sánchez no podrá estar en Madrid para recoger el premio Ortega y Gasset. El régimen de su país, Cuba, lo impide. Raúl Castro sabe que una cosa es abrir la mano a los cacharros y los móviles, dejar entrar un poco de consumo capitalista, y otra cosa es liberar a las personas y las ideas. Eso sí es peligroso.
La autora del blog Generación Y, elegida por Time una de las cien personas más influyentes, tiene peligro. Su identidad digital y su libertad crítica expresada en su blog es un desafío al régimen totalitario. Su persona física, su libertad de movimiento y la capacidad de hablar en libertad y ser mostrada por los medios como representante de las aspiraciones de libertad para Cuba son insoportables para un régimen que empieza a abrirse con cautela.
Todavía no se sabe si Raúl Castro está emprendiendo una vía socialista al capitalismo, al estilo de China, o una apertura democrática de la revolución anquilosada.
Pero ya sabemos que la liberalidad material no es sinónimo de libertad. Por eso algunos, como el marido de Elsa, aconsejan no dejarse llevar "por el entusiasmo del consumo". Puede haber marcha atrás. Pero, sobre todo, no es verdadera libertad.