Los ciudadanos suspenden a los políticos. Partidos y política son el tercer problema del país según el último barómetro del CIS, sólo por detrás del paro y la crisis. Su descrédito ha aumentado más de un tercio en un año. Con tal panorama no extraña que intenten sostener el poder como sea, incluso cercenando el derecho a la información. La reforma de la Ley Electoral impone a las televisiones privadas cuotas electorales, minutos de propaganda en función de los escaños. Cadenas y periodistas se rebelan en defensa del periodismo y la libertad de información.
Los ciudadanos suspenden a los políticos. Partidos y política son el tercer problema del país según el último barómetro del CIS, sólo por detrás del paro y la crisis. Su descrédito ha aumentado más de un tercio en un año. Con tal panorama no extraña que intenten sostener el poder como sea, incluso cercenando el derecho a la información. La reforma de la Ley Electoral impone a las televisiones privadas cuotas electorales, minutos de propaganda en función de los escaños. Cadenas y periodistas se rebelan en defensa del periodismo y la libertad de información.
¿Por qué perder tiempo con declaraciones redundantes sin fondo? ¿Por qué primar las propuestas de los grandes partidos y ahogar las de los pequeños o las de quienes no están todavía en las instituciones?
Las cuotas informativas sometían hasta ahora sólo a los medios públicos, obligados a respetar la pluralidad y como defensa preventiva contra la manipulación. Pero ni la promesa de ahorrar dinero en las campañas ni la lucha contra la abstención justifican que los políticos acaben con la libertad de información de las cadenas privadas.
La Federación de Asociaciones de Periodistas, la Asociación de la Prensa de Madrid y el Colegio de Periodistas de Cataluña pedirán a la Defensora del Pueblo que presente un recurso de inconstitucionalidad mientras en Cataluña se recogen firmas contra los bloques electorales. Directores de informativos de 16 cadenas privadas y públicas apoyan el recurso y se rebelan contra una censura que ya denunció la patronal de las televisiones en octubre pasado.
Es otro paso en el control de la imagen y la información. Hace años que los partidos restringen la información en los mítines, aumentan las ruedas de prensa sin preguntas, editan los vídeos que envían a las cadenas y controlan la imagen que sale en los telediarios. Sólo así aseguran ese entusiasmo permanente de los militantes y la declaración justa, sincronizada con el minutado de los informativos.
Los responsables de los telediarios reconocen que en la mayoría de las cadenas todavía no se ha decidido una postura. La mayoría han ahorrado dinero y enojos aceptando las imposiciones de los partidos. Ahora el control va más allá de ese maridaje entre política y televisión cuyo origen está en la concesión de las licencias ¿Tanto temen los políticos a la información sin ataduras? Ni ellos se sienten seguros de sus palabras y promesas. Poner a la Junta Electoral de redactor jefe es sólo otra muestra de desprecio por los ciudadanos, los únicos que deben elegir libremente entre información veraz.
Y es otra medida inútil. ¿Impondrán también cuotas a los diarios o a internet? El peso de la televisión es enorme, pero cuando la democracia se informa en tiempo real más minutos de televisión sólo aburrirán un poco más incluso a los convencidos.
Columna para Estrella Digital