Fernando G. Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, reclama "un pacto ético en el periodismo". Con los ciudadanos para respetar los objetivos del periodismo y entre editores y profesionales para sostener el empleo, los principios y los valores.
Apuesta por la profesionalidad, inversión en periodismo y contenidos, y respeto a los valores periodísticos son el fundamento de la crítica de Urbaneja a los responsables de medios como Paolo Vasile, de Telecinco, pero también a los editores y directores entregados a la estrategia "Míster Serrucho", los recortes de personal sin inversión en inteligencia e información.
En su intervención en el Foro Nueva Comunicación, Urbaneja ha estado duro con Juan Luis Cebrián por sus errores en las inversiones de Prisa y por desentenderse de la responsabilidad de cierres como el de CNN+. Acerado con los editores y periodistas refugiados a la sombra de un poder “que nunca recompensa” y alejados del público.
Denunció la imposición de cuotas electorales en la información para las televisiones privadas y llamó a “alejar a los políticos de la escaleta de los informativos”. Reclamó a editores y sindicatos un pacto de sostenibilidad en el empleo con flexibilidad en los convenios y un compromiso para acabar con las brutales diferencias salariales en la profesión. Pero también para reducir “el riesgo de exclusión profesional y social de muchos periodistas mayores de cuarenta y tantos años o entre los jóvenes”.
El presidente de la APM cree que 2011 será un mal año, pero llamó a invertir en internet y recordó el discurso de Álex de la Iglesia en los Goya para afirmar que la red “es el presente y el futuro, y no es elegible”.
Urbaneja repica de nuevo el badajo de una campana repetida. La descapitalización ética y profesional de los medios, atrapados por "el capitalismo salvaje de los despidos" mientras se erosiona la credibilidad, la reputación, la independencia y la vinculación con el público con peleas e intereses vanos. La resistencia al cambio cuando el cambio tecnológico y social no da más opción que invertir en inteligencia e ideas para construir un nuevo negocio en internet y las nuevas plataformas. Demasiados intereses políticos, publicitarios y económicos sobre los periodísticos.
Urbaneja no se olvidó de reclamar la prometida ley de acceso a la información pero su apelación a los editores y directores puede quedar tan extrañada y silenciada como hasta ahora. Las campanas también suenan para las oportunidades, pero la sordera de la rutina y el miedo es inconmovible.