ProPublica empezará a incluir publicidad en sus páginas. La organización creada sin ánimo de lucro para financiar y distribuir el periodismo de investigación aumenta sus canales de ingresos para asegurar su "sostenibilidad", como explica su gerente Richard Tofel. Publicidad para un medio sin ánimo de lucro hasta ahora financiado por donaciones -10 millones de dólares en 2010, el 38% recibidos de 1.300 donantes no institucionales-, un desafío para la independencia de ProPublica y un camino para los nuevos medios profesionales de negocio abierto.
ProPublica, creado por Paul Steiger -es director de The Wall Street Journal- y la Fundación Sandler, se ha convertido desde su lanzamiento en un referente del periodismo de calidad con vocación pública y social. Con un innovador concepto de sindicación -distribución externa-, sus reportajes se publican en multitud de medios, tanto de socios permanentes como de cualquiera interesado en una investigación, con el único requisito de una correcta atribución, formal y digital.
El objetivo es financiar el periodismo de investigación y hacer posible que llegue al público cuando la mayoría de los medios carecen de los recursos, la capacidad y la voluntad para mantener equipos y reporteros de investigación ocupados en grandes temas.
Un gran modelo de periodismo de investigación para el siglo XXI donde, además de las historias, se cuida el desarrollo de nuevos formatos e interfaces para mejorar el acceso a la información.
La decisión de comenzar a publicar publicidad es un paso más en la definición de nuevos modelos de negocio híbridos en los medios: con prácticas comerciales pero sin ánimo de lucro. Y el referente de muchas organizaciones profesionales donde periodistas se unen para financiar su trabajo sin depender de las exigencias de beneficios de las empresas mercantiles ni de los accionistas.
Además de ProPublica, otros nuevos medios sin ánimo de lucro publican también publicidad con ciertos límites o sólo como patrocinios. Combinan así la financiación institucional (fundaciones, empresas, etc.) con las donaciones privadas y las suscripciones, además de una estrategia comercial sin menoscabar sus objetivos periodísticos.
Por eso en el caso de ProPublica la publicidad la comercializa National Public Media, una empresa de la radiotelevisión pública norteamericana que mantiene ciertos estándares apropiados para los medios públicos.
La experiencia de ProPublica marca una senda para los nuevos medios profesionales, orientados a sostener el periodismo de calidad y a financiar la actividad y trabajo de sus profesionales, sin más demandas de rentabilidad que la sostenibilidad del proyecto.
Medios de negocio abierto donde la estrategia es conseguir la mayor difusión y acceso a su trabajo para ampliar el dominio público, información con fuerte vocación de servicio público.
Medios abiertos a los ciudadanos, a su público y a las fuentes. Medios como plataformas sociales donde la información sea un procomún, un bien construido entre todos con el mayor valor público posible. Liberado de las ataduras y convenciones de una rentabilización excesiva de los derechos de autor.
Medios de información y negocio distribuido -el modelo de sindicación abierta por otros- donde redacciones pequeñas, eficientes y descentralizadas exploran y se benefician de las posibilidades de la redacción como red social.
Frontera D o Cuarto Poder son algunos de los intentos en España, además de muchos medios especializados y locales, de construir esos nuevos proyectos con menor necesidad de ingresos, redacciones pequeñas y sin exclusividad, aprovechando herramientas de software libre.
Un camino clave para los periodistas emprendedores. Un nuevo modelo de profesional autoempleado en colaboración con otros cuando los medios comerciales son cada vez menos atractivos para muchos periodistas y la oferta de trabajo y opciones disminuye.
Para ese desarrollo de nuevos medios profesionales de negocio abierto falta aquí un mayor tejido de financiación social o institucional, habitual en países como Estados Unidos o Gran Bretaña, y el desarrollo de una red de medios y comercialización pública que podría agrupar a los medios públicos, comunitarios y sociales. Un elemento importante para el desarrollo de un nuevo servicio público de acceso y contenidos digitales que promoviese los medios abiertos y la conversión de los contenidos y la información en un procomún de dominio público.