Sin preguntas. Ante el terrorismo, declaraciones. Los encapuchados de ETA volvieron a hacer anuncios con su democracia de las armas, la que no escucha ni a los ciudadanos, ni a las víctimas, ni a los votos. Alfredo Pérez Rubalcaba ha respondido a los terroristas sin aceptar preguntas de los informadores, como también ha hecho el lendakari Patxi López. Los etarras tienen su primera respuesta, los ciudadanos seguramente se habrán quedado con ganas de que su gobierno se explique mejor. El silencio no es autoridad ni claridad, sólo falta de responsabilidad y transparencia.
Rubalcaba se superó. No admitió preguntas de los periodistas, pero él mismo se interpeló cuatro veces. Portavoz y reportero al tiempo. Puesto a acumular cargos, funciones y poder, el vicepresidente primero se pregunta y responde. No necesita ni quiere atender más. Discreción frente a la banda, pensarán algunos, para otros un ejemplo de práctica antidemocrática y soberbia. No con los periodistas, sino con los ciudadanos, titulares del derecho a la información.
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