Los defensores de las descargas y el P2P tienen un diputado en el Europarlamento gracias a los suecos. El Partido Pirata ha conseguido el 7,1% de los votos con la defensa de la cultura libre: limitación del copyright y la propiedad intelectual, abolición de las patentes y garantías para la privacidad. Sus tres principios fundamentales se completan con la oposición a los monopolios privados, el apoyo a los formatos y códigos abiertos, y la demanda de más transparencia en la administración pública.
La rebelión de más de 200.000 suecos supera el rechazo a la condena de The Pirate Bay por proporcionar enlaces a descargas cuando en países como Alemania otros partidos piratas lograron el 1% de los votos. En España no consiguieron reunir las 15.000 firmas necesarias para presentarse, pero pocos gobiernos habrán sufrido una protesta contra sus políticas en internet tan unánime como los socialistas en España. Una oposición aprovechada por el PP con la renovación de su promesa contra el canon digital que ha vuelto a animarse los últimos días al conocerse la nueva tasa a las telefónicas para financiar RTVE que se trasladará a la factura en un país con banda ancha lenta y cara.
Internet ya vota. Lo hizo en Estados Unidos aupando a Obama y lo ha vuelto a hacer con votos al Partido Pirata y a otros pequeños partidos que han aprovechado el activismo en la Red contra el sistema.
¿Serán los partidos en internet una irrupción como los verdes en los años ochenta? Entonces la preocupación de muchos ciudadanos por la ecología y la sostenibilidad se sustentó en cuatro pilares políticos: ecología, justicia social, democracia participativa y no violencia. Más tarde serían ampliados en Estados Unidos con descentralización, economía social, igualdad de género, diversidad, responsabilidad y sostenibilidad.
Muchos de ellos coincidentes con los ideas de muchos ciberactivistas que demandan una democracia y una economía P2P: más libertades ciudadanas y resistencia al control 2.0 de las grandes compañías y los gobiernos. Una nueva política para la ciudanía 3.0 con derechos digitales (acceso, privacidad, contenidos), donde el ciberespacio conforma una interfaz de control de los poderes gracias a sus herramientas de participación y donde es fácil unirse y luchar por políticas concretas.
La Red es un nuevo espacio donde sus principios de libertad, participación, colaboración y recursos compartidos conforman una nueva cultura, otra economía y una nueva política que empieza a expresarse ante la sordera de los partidos tradicionales.
Columna semanal en Público
P2P Foundation | P2P in the political sphere