Los trabajadores de Televisión Española se han alzado contra el proyecto estrella de este verano: España Directo, la versión nacional del programa de las autonómicas cuyo estreno estaba previsto para el próximo miércoles. La decisión de externalizarlo por cuatro millones de euros (65 programas) a la productora Mediapro ha levantado las protestas.
Los comités de empresa de TVE se revuelven contra el primer intento de externalizar un programa informativo, que ha sido catalogado como magazine y adjudicado al departamento de Programas en lugar de a Informativos para encubrir la maniobra.
Bajo la protesta de los sindicatos subyace la sospecha de que sea el primer paso para rebajar el trabajo de los centros territoriales y emprender así la temida reestructuración de personal del Ente RTVE, defendida por algunos ponentes del comité de sabios y por el Ministerio de Economía.
Con más de 8.200 trabajadores y más de 600 contratados por obra parece difícil creer que no se pueda realizar un programa con un formato copiado de Madrid Directo, que lleva 13 años de emisión en Telemadrid y ha sido exportado con éxito a otras televisiones.
La llegada de la nueva dirección general a RTVE y el nombramiento de Fran Llorente como jefe de Informativos supuso una apuesta por los profesionales de la casa.
La etapa de Alfredo Urdaci se había caracterizado por la contratación de periodistas que se convirtieron en los rostros de los informativos públicos. La mayoría sigue en TVE todavía con contratos por obra, lo que acabará en los tribunales.
Ahora se recurre directamente a la realización externa. Los sindicatos denuncian que con recursos de TVE el programa saldría un 60% más barato y aluden al fortalecimiento del servicio público, uno de los objetivos más aireados para la reforma de RTVE emprendida por el gobierno y apoyada en el informe de los sabios.
¿Existen políticas claras de producción y de personal?
En el informe de los sabios se echaban de menos recomendaciones concretas que hasta ahora tampoco se conocen.
¿Son inútiles muchos recursos de RTVE o no se invierte en su aprovechamiento y mejora?
La burocratización es un conocido y denunciado mal de la radiotelevisión pública española, pero casi siempre se ha tirado por el camino del medio: politización y adjudicación de programas a productoras fieles, que en muchos casos han realizado espacios con recursos del propio Ente, tal como se denunció en la etapa anterior.
La reestructuración de personal y operativa parece inevitable, pero debería afrontarse con seriedad y de acuerdo a los objetivos de la nueva TVE y al escenario de la televisión digital terrestre (TDT), que permitirá programaciones regionales.
Las radiotelevisiones autonómicas han nacido y continúan creciendo sin un plan nacional integral de medios públicos. Centros territoriales de TVE y RNE por un lado, nuevo despliegue autonómico por otro. Nuevos recursos, muchas veces redundantes y sólo en contadas ocasiones se han firmado convenios para aprovechar y compartir profesionales y materiales.
El resultado: una red de radiotelevisiones públicas con abundantes recursos sin coordinación y con falta de capacidad para hacer frente a nuevas exigencias. Escasa capacidad de innovación y una pesadez estructural y clientelar desmotivadora para todos.
Es más, las radiotelevisiones autonómicas actúan como contrapoder y en competencia comercial con RTVE. Otra vez la política, la utilización de los medios públicos como herramienta de poder e instrumento económico con el único resultado de encarecer los costes y rebajar los criterios de calidad y servicio público.
La reestructuración debe ser más profunda de lo que parece y no sólo de personal.
P21 | Avances en la nueva TVE y sospechas de nepotismo en las privadas
P21 | Solbes gana terreno en la reforma de TVE
P21 | RTVE con cargo a impuestos sin privatización