Monday, December 06, 2004

La politización del recuerdo

Concha García Campoy ha vuelto a TVE arropada en un programa que explora el reciente filón de elegir las mejores canciones. Y vuelve con modos, personajes y mensajes que dan que pensar. Canciones para la generación de los cincuenta y tantos años (Ana Belén y Víctor Manuel, Cecilia, Nino Bravo... lo más moderno es Alejandro Sanz) y vuelta a personajes de siempre (José María Íñigo, Alaska rediviva, el Dúo Dinámico...).
Una fórmula novedosa, producción de Globomedia y muchos políticos en pantalla, especialmente del PSOE.
¿Casualidad o política basura?

Nuestra Mejor Canción y Manuel Chaves de chaqueta de cuero negra. José Bono, romántico. Trini Jiménez, entusiasta. Alfredo Pérez Rubalcaba, memorioso. Y varios más.
También algunos del PP, entre ellos Ana Botella y Josep Piqué, pero menos. No se sabe si porque son menos melómanos o porque ya no dan bien en televisión.
La canción de tu vida y los políticos de tu vida. Mensajes subliminales.
¿Estará trabajando en la sombra Miguel Barroso, como en 59 segundos?

Puestos a manipular la televisión, la gran diferencia entre el gobierno del PP y el de Rodríguez Zapatero es que Alfredo Urdaci y José Antonio Sánchez, director de informativos y director general de la época Aznar, estaban anticuados y lo suyo quedaba en manipulación burda de telediarios y entrevistas hagiográficas.
Barroso, secretario de Estado de Comunicación, es un profesional amigo de buenos profesionales que sabe manejar y encargar formatos novedosos y atractivos.
Política de reality show e infotainment = política espectáculo = política basura. Pero muy efectiva.
Eso sí, en el partido están nerviosos y piden contención. La agenda política se dispara en la velocidad de escape de la televisión y luego no hay quien la controle.

El problema de la politización de los medios --manipulaciones aparte-- no es que se hable más o menos de política, sino la invasión del todo por la política.
Cuando todo es política, y política espectáculo, la democracia pierde calidad.
Herencia de la Transición y lacra de la política profesional.
Concha García Campoy es una de esas profesionales que se ha quedado atrapada en la Transición. Se hace un programa para elegir Nuestra Mejor Canción y, ¿quiénes la personalizan?
Políticos. El eterno y fácil maridaje de periodismo y política que tanto daño hace y ha hecho. Esa deriva que convierte a la vida pública en un paisaje poblado por esos personajillos que se cuelan permanentemente en la vida de los ciudadanos con sus tópicos, con sus intereses, con sus filias y fobias.
¿No había otra gente?
Sí, perdón. Nos olvidamos entre los invitados a algunos actores, actrices y cantantes.
Más de lo mismo, de lo de siempre.
La selección de las canciones se ha hecho, según los creadores del espacio, a través de una lista de 50 melodías por "un grupo de expertos", una encuesta las "ordenará" y a través de microespacios presentados por Patricia Conde --chica boom oficial o reportera dicharachera, según mejor definición de los Teleñecos-- los espectadores serán animados a votar entre las diez finalistas.
Y entre acordes de recuerdos edulcorados por la memoria: Chaves, Bono, Trini, Rubalcaba, etc.

Nuestra Mejor Canción
P21 | Las trampas de la política espectáculo