Thursday, December 16, 2004

Empecinados

Nada. Duros como dinosaurios fósiles. Acorazados en su ignominia y su pequeño mundo. Alejados de lo que realmente importa. Incapaces de parar, mirar con la mente abierta y reflexionar. Los diarios acogen las denuncias de las víctimas como un elemento más del espectáculo. Todos recogen la crítica a los políticos desalmados y profesionalizados hasta el aislamiento. ¡Qué popular es esa crítica! Pero pocos miran hacia dentro y hacen lo que sólo El País ha hecho: pedir perdón, aunque tibio.
El perdón no llega. Pero por algo se empieza. Primero darse cuenta para luego empezar a cambiar. Volver a recorrer el camino de vuelta para encontrarse con los ciudadanos, con la realidad, con esa verdad práctica, la única alcanzable por el periodismo.
Sólo uno de los grandes diarios españoles pide perdón. Sólo uno parece haberse parado un momento a oír las quejas de las víctimas.
TVE cortó ayer la retransmisión de la comparecencia de las personas más importantes de toda esta tragedia. Retransmitió en su día once horas de Aznar y 15 de Zapatero. Y luego enseñaron su triunfo de audiencias.
¿Es esta la televisión pública que queremos y propugna Zapatero?

Políticos y periodistas celebraron anoche la fiesta que cada año convoca la Asociación de Periodistas Parlamentarios. Comieron, rieron, bailaron y compadrearon mucho. La vida sigue. En todos los discursos se recordó a las víctimas y el presidente del Congreso, Manuel Marín, dijo: "Hoy nos han dado duro. A vosotros también", recordó a los informadores.
Antes algunos perdieron una lágrima en las palabras de Pilar Manjón. Al final de la comparecencia, aplaudieron. Hoy se leen letras de dolor en algunas crónicas. Pero portadas y editoriales son de acero. La razón editorial no aconseja exponerse. Aquí no somos dados a revelar errores, pedir perdón o reconocer errores. La dura piel.

Las víctimas no pudieron entran ayer al Congreso, demasiado alejado de los ciudadanos, de la realidad. La casa de la soberanía popular no fue capaz de invitar a los representantes de las víctimas a oír dignamente, dentro de la sede del pueblo, a su portavoz.
Sólo al final la intervención individual de Izquierda Unida suavizó el agravio.

Las bitácoras no lo han hecho mejor. Sólo 67 citan a estas horas la comparecencia, muchas menos de las que prestaron atención a los presidentes Zapatero y Aznar.
Muchos decían entonces que no interesaba la opinión de los políticos. ¿Tampoco interesa la de los afectados?
La blogosfera está claramente dividida políticamente, por encima de la razón. Es repugnante leer algunas cosas, para eso mejor no se hubiera inventado la Red. Tiene la gran ventaja de multiplicar la inteligencia, pero también parece multiplicar de igual modo el fanatismo y la estulticia.

24 horas. Eso durará la indignación. Los columnistas critican y criticarán a los partidos, esos opinadores que recogen los dineros y las migajas del poder pero que siempre están, a la postre, con los que mandan.
24 horas de indignación. Unos segundos de pena. Menos de autocrítica.
¿Hasta cuándo?

El País | Perdón
abc.es | Las víctimas muestran el camino
El Mundo | Opinión
El Periódico | Bofetada en público
La Vanguardia | Política constructiva
El Correo | El dedo en la llaga
P21 | De cara a la realidad