A Francisco Ros, secretario de Estado de Telecomunicaciones, no le gustan los malos datos. Y como siempre, se niegan y se alude a los problemas metodológicos. Las únicas estadísticas y estudios valiosos son los propios. ¡Faltaba más!
A Ros no le ha gustado el último informe de la OCDE sobre banda ancha porque dice que la española es cara, lenta y llega a poca gente (18 líneas por cada cien habitantes). Nuestra Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) también debe sufrir dificultades metodológicas, porque confirma esos datos.
Tampoco le gustó el último informe de la Comisión Europea sobre la sociedad de la información, que nos sitúa por debajo del promedio europeo.
Preocupa mucho la banda ancha y el acceso a internet. Y esa misma preocupación es prueba del estado de la sociedad de la información en España. Lo importante es que la adopción de las tecnologías de la información no ha aumentado lo suficiente la productividad, que la inversión en I+D+i es misérrima y la innovación escasa.
Eso sí, a los españoles les gusta la televisión transmitida por internet. Ahí sí somos líderes en Europa gracias a los esfuerzos de Telefónica.
Debe ser culpa de las estadísticas.