Thursday, July 10, 2003

A falta de maestros, master


El Mundo lanza dos nuevos master de periodismo a los dos años de lanzar el primero en colaboración con Recoletos y la Universidad San Pablo. El diario madrileño se lanza al negocio abierto por la nueva Ley Orgánica de Universidades, que oficializa los master como segundo ciclo oficial.
Casi todos los grandes medios españoles ofrecen estudios propios en colaboración con varias universidades. El primero fue El País, al que siguieron ABC, El Correo y otros.
Hasta ahora eran una forma de acceder al mercado profesional y ampliar sus conocimientos para los estudiantes de periodismo. Para las empresas son un método remunerado de selección y formación de profesionales. La reestructuración de los estudios universitarios confirma esta vía y la consolida como camino obligado –por ahora de facto y en adelante quizás regulado– para acceder a la profesión.
El proyecto de real decreto que desarrolla la nueva LOU avanza en su artículo 11 una posible vía para que sea el título de master el que capacite para el desempeño profesional. Una reivindicación que coincide con la de los colegios profesionales (Cataluña y Galicia) y con las de algunas asociaciones de la prensa y colectivos profesionales que pretenden cerrar el libre acceso al periodismo sólo para los titulados en la materia.
El interés de estos colectivos, el de las universidades y el de las empresas podría ahora coincidir.
Según la nueva ley y el proyecto de decreto que la desarrolla, se instaura un primer nivel de grado, estudios básicos y de formación general con una duración de cuatro años. Dará derecho a los títulos de licenciado, arquitecto e ingeniero.
El segundo ciclo será de "profundización y especialización" y dará derecho al título, ya oficial, de master.
Cada universidad tendrá atribuciones para organizar estos estudios, individualmente o en colaboración con otras. El master comprenderá de 60 a 120 créditos y constará de dos partes: formación académica avanzada y especialización profesional. Más o menos lo que ya incluyen los actuales.
La enseñanza del periodismo (al igual que las otras) se equipara así en mayor medida a las fórmulas europeas y americana.
Un correcto desarrollo de la nueva estructura puede garantizar el acceso a la profesión de universitarios procedentes de otros campos del saber, con el consiguiente enriquecimiento y especialización. Pero también puede desembocar en un elitismo condicionado por el precio de los estudios, que no todos pueden pagar.
Universidades y empresas tienen el deber de no cegarse por el negocio y repensar con seriedad los estudios necesarios para el mejor ejercicio del periodismo, una disciplica en profunda transformación. Ese análisis no se ha hecho y sólo se está haciendo en algunas de las más prestigiosas escuelas de periodismo del mundo como la de Columbia.
Empresas y universidades deben garantizar el acceso a la profesión a estudiantes de pocos recursos económicos. De no ser así, el periodismo puede resentirse. Ya hoy preocupa la homogeneidad social de los nuevos periodistas y sus aspiraciones, más orientadas a la consolidación del puesto de trabajo y al sueldo que a otras funciones menos materiales y más vocacionales.
Medios y universidades son ahora los responsables. Los master sustituyeron a los maestros que algunos tuvimos la suerte de tener. Es necesario recuperar a los maestros para formar a los mejores periodistas.