Cinco votos a favor, cuatro en contra y una abstención reflejan la tensión de una decisión con graves consecuencias. Para la democracia y la defensa de los derechos fundamentales, y para el propio proceso electoral que la decisión pretende proteger.
La sordera de los partidos provocará víctimas en las elecciones del 22-M. Por eso todos han reaccionado de una forma u otra. Tímida, a sabiendas de que nadie puede rentabilizar esta protesta partidariamente.
¿O sí?
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