La mejor campaña 2.0 es la que no existe. En la campaña en las redes sociales sobra electoralismo y falta política. “Quien solamente utilice las redes sociales en campaña no será creíble, no contará”, la reflexión de Ernest Benach, ex presidente del Parlament de Catalunya e impulsor del parlamento 2.0, se puede aplicar a los candidatos que inundan Twitter y Facebook estos días.
En las entrañas de la partitocracia anidan los enemigos de la política 2.0: las listas cerradas y la maquinaria endogámica y poco participativa partidaria distancia a políticos y ciudadanía. La capacidad de hacer política cercana y con libertad, sin la égida de los aparatos y la disciplina de partido es mínima.
Y el ciudadano hiperconectado demanda política directa e inmediata.
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