Thursday, October 14, 2010

Descargas subvencionadas

25 euros de descargas de música gratis al año por internet para cada joven francés. La ocurrencia del presidente Sarkozy de un bono musical para jóvenes ha sido aprobada por la Comisión Europea. En España, el Ministerio de Cultura se aprieta el cinturón, pero aumentará hasta 2,2 millones de euros las ayudas a la oferta de contenidos de pago en internet en 2011. Usuarios y expertos sospechan del empeño por subvencionar a los grandes de la música. Cuatro multinacionales: Sony, EMI, Warner y Universal, acaparan el 90% del mercado musical español, con iTunes como tienda casi única.

¿Por qué subvencionar la venta en lugar de la música en directo o de dominio público? ¿Por qué beneficiar a las descargas de pago, como con elportaldelamusica.es -promovido por los productores de Promusicae- y no hacerlo con el streaming o la radio online, alternativas en auge a las descargas que no obligan a comprar la música, sólo a pagar los derechos de autor?

Con Apple y las multinacionales controlando uno de los grandes mercados del entretenimiento estas ayudas no evitarán ni las descargas P2P ni aseguran un futuro para la música. La respuesta de los gobiernos no debería ser financiar negocios obstinados en no adaptarse a las nuevas tecnologías ni a las demandas de sus clientes al tiempo que reducen sus derechos como consumidores. Industrias reacias a rebajar sus precios y beneficios pese a su crisis y que no invierten en su propio futuro.

Mejor sería promover alternativas como la música en la nube o como servicio: la posibilidad de escuchar los temas preferidos en cualquier dispositivo y momento a través del streaming (sin descarga). Adaptar la legislación para mejorar los derechos de autor de los creadores frente a las ganancias de discográficas y sociedades de gestión. Reducir los problemas de la música en vivo, sobre todo para tantos músicos que no viven de los grandes conciertos ni de los promovidos por ayuntamientos y autonomías. Y volverse a ganar el cariño de un público harto de ser saqueado.

Columna en los medios de Vocento