TVE anunció a bombo y platillo durante muchos días la presencia de Esperanza Aguirre en el programa 59 segundos. En el furor promocional que últimamente llena los telediarios de la televisión estatal, los presentadores eran rotundos: "los directores de los principales diarios españoles entrevistarán a la presidenta madrileña".
Pero los directores de los grandes diarios fueron tan elusivos como la lideresa sobre sus intenciones futuras y no acudieron a la cita.
Ayer 59 segundos se parecía más a la repetitiva tertulia política de Buruaga en Telemadrid que al programa de la televisión pública de las grandes citas.
Estuvieron sólo los noveles: Ignacio Escolar, de Público; Ángel Expósito, de ABC, y Francisco Marhuenda, de La Razón. Junto a ellos, amaños de última hora como el vicedirector de El Mundo Casimiro García Abadillo, Enric Sopena, de elplural.com, e Isaías Lafuente, de la Ser.
Ni el habitual Pedro J. Ramírez, ni los directores de El Periódico ni La Vanguardia, habituales en otras ocasiones.
¿Obligaciones o nada de meter la cabeza en el avispero?
Aún así la lideresa logró atraer a cuatro millones de telespectadores en su mejor momento y el programa logró casi tres millones de espectadores y un 15,7% de audiencia.
En ese escaquearse no sé qué pesa más: la necesidad de los diarios de hacerse visibles (cuatro millones de personas son casi la audiencia diaria total de los periódicos de pago españoles) o aquello de no dejarse identificar con ciertos personajes, por línea editorial o por supuesto status.
Los directores recién llegados a su cargo no perdieron ocasión. Hicieron bien.
PD: Los gratuitos, como siempre, al margen. Y los medios digitales representados por el eco de la prensa de siempre.