Perezosos en Red
Internet es una maravillosa herramienta para los periodistas, pero también una tentación invencible para vagos, copiones, incautos y asfixiados por la presión de los jefes y el cierre.
Casi todo está en la Red, o al menos eso creen muchos. Es fácil pensar un tema y buscar un artículo similar, hacer una búsqueda en Google y no molestarse en buscar más fuentes, o simplemente creerse lo primero que uno encuentra, sin mayor contraste.
Si la autoedición fue para muchos la muerte del periodismo porque restaba horas de calle al reportero, Internet puede ser el baúl –o ataúd– del que nunca más salir.
Es cierto que nunca ha habido más documentos y material de referencia como en el presente (en lo que Roger Fidler ha definido como el dominio documental). Pero también es cierto que entre los papeles y los documentos se escabulle la realidad y lo más importante: las personas.
Esa tendencia a creer que todo está en la Red minusvalora lo que no está, en una nueva forma de ignorancia, desconocimiento de lo otro o apartheid cognoscitivo tan malévolo o más que otras discriminaciones ideológicas, políticas, económicas o sociales.
No todo ni todos están en el ciberespacio. Y lo que existe suele ser estar mediatizado, lo que debe encender todas las alarmas del buen periodista: el informador incrédulo y escéptico que debe saber más y lo más contrastado posible.
El abuso informativo de Internet proviene fundamentalmente de:
:: Credulidad | La fascinación tecnológica posee un enorme atractivo. La facilidad de uso, la accesibilidad y los buenos resultados de algunas operaciones animan a confiar. Sus efectos perversos son más agudos en los jóvenes criados en la cibercultura y los incorporados tardíamente a las innovaciones.
:: Mal uso | La falta de conocimiento de qué hay y dónde encontrarlo, fuentes fiables o ladinas, conocimiento de las personas y grupos de interés tras cada web, jergas y retóricas ideológicas, métodos de búsqueda y contraste. La escasez de criterio informativo y sensatez es enormemente peligrosa.
:: Falta de escrúpulos y valores | Quienes no toman precauciones en la vida real y no respetan valores, criterios y creencias tampoco lo hacen en el ciberespacio.
:: Comodidad | Por vagancia, exceso de presión, falta de tiempo o simple descuido. Quien es descuidado en la realidad también lo es en la Red.
Internet es una gran herramienta complementaria y de contexto. Es necesario saber usarla y hacerlo con el mismo criterio y precauciones –sino más– que se tienen en la vida real. No se debe perder de vista que la información no es sólo referencial: la más valiosa es original y testimonial. Son las personas y sus actos lo interesante, mucho más que sus documentos.
La más eficiente búsqueda nunca podrá igualarse al testimonio bien escrito del periodista o a una cita impactante.
OJR | Are Online Search Tools Lulling Journalists Into Laziness?