Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, está a punto de lograrlo. Después de intentarlo con Juan Abelló, con Luis María Ansón, con la Telefónica de Juan Villalonga, con Prisa (con la que comparte radios en latinoamérica), parece que al fin el imperio audiovisual mexicano estará en España en un puente aéreo Barcelona-México.
La unión de Globomedia (José Miguel Contreras, Mikel Lejarza y Emilio Aragón) y Mediapro (Jaume Roures), mayoritarias, con El Terrat (Buenafuente), Drive (José Manuel Lorenzo) y Bainet (Karlos Arguiñano con Televisa en un reparto 60/40 en la nueva compañía (La Sexta) tiene todas las papeletas para conseguir la cuarta licencia de televisión privada analógica que se concederá antes del 2 de diciembre.
Enfrente, Blas Herrero, propietario de Kiss FM, con su alternativa en solitario, pero sin muchas opciones. Herrero sigue su ataque a la televisión después de conseguir varias licencias locales en Madrid y otras comunidades.
La nueva Sexta será la primera televisión formada directamente por productoras en España, el camino contrario al habitual. Son los dueños de los contenidos y formatos de mayor éxito y quieren explotarlos en su propio canal, aunque esté limitado al 70% del territorio, pero eso sí, tiene asegurado un multiplex con cuatro canales digitales para 2010, cuando llegue el apagón analógico.
El gran perdedor, el Grupo Zeta. Empezó como gran elegido y acaba fuera de juego del panorama audiovisual.
Cataluña tendrá televisión, tiene infraestructura, pesa lo suficiente en el accionariado y tiene el apoyo institucional y político necesario. El presidente de Televisa vuelve a demostrar que el poder del dinero puede con las afinidades ideológicas.