Europa avanza donde España se para. Frente al inmovilismo y la falta de ideas de la política nacional de la sociedad de la información, la Comisión Europea o gobiernos como el de Holanda revisan la propiedad intelectual o defienden la neutralidad de la red. Una reflexión, debate y voluntad envidiables donde la falta de imaginación e interés por la innovación y la presión de las grandes empresas se impone a los derechos de los ciudadanos y al empuje de los innovadores. El ciudadano siempre pierde.
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