Menos música gratis. Spotify recorta su oferta de streaming gratuito y las redes sociales se llenan de protestas y búsqueda de alternativas como Grooveshark o Soundtrckr. Lo mismo ocurre en las noticias internacionales con The New York Times. Mucha gente se ha puesto a buscar y compartir fórmulas para saltar su muro de pago poroso, diseñado para no ahuyentar a los usuarios de redes sociales y de otras webs. Tanto esfuerzo muestra el valor de su marca y de sus contenidos.
El fin del todo gratis amenaza cuando internet no es ya un medio joven y libertario, sino el lugar donde los contenidos y servicios se encuentran con la mayoría de sus clientes. El mayor mercado de contenidos y servicios jamás construido.
El todo gratis acaba, pero internet seguirá ofreciendo la mejor y más barata plataforma conocida para los productos innovadores, disruptivos, gratuitos, los que obligan al negocio tradicional a espabilar para no perder clientes o a rendirse a los más eficientes, baratos y con más satisfacción para el usuario.
Columna completa en Estrella Digital