Tu voto no cuenta; tu tuiteo, sí. La democracia se vive en tiempo real, directa, sin filtros ni más reglas que la opinión a golpe de teclado. 140 caracteres para controlar al poder.
Política instantánea desde el móvil y el ordenador. Los viejos poderes –partidos, políticos, medios de comunicación- han sufrido la semana pasada el control ciudadano desde los nuevos espacios públicos creados por las herramientas digitales. Ahora están obligados a estar atentos.
La partitocracia y los poderes oyen la voz ciudadana con tanta inmediatez y fuerza que resulta difícil no hacer caso. La política está en las redes, y con ella crece el poder de una pequeña élite digital con influencia en el resto de los usuarios.
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