El periodismo despreciado
El PP diseña una campaña en la que el candidato Mariano Rajoy no contesta a preguntas. Sólo mítines y propaganda. Hace más de dos semanas que lo lleva a rajatabla. Ni siquiera comparece ante los periodistas.
El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, sólo declama en la tribuna y en las salas de prensa. Tampoco admite preguntas. Hace pocos días se presentó ante los periodistas y dijo: "Bienvenidos a esta rueda de prensa", hizo una declaración y se marchó.
El ministro de Defensa, Federico Trillo, se burla de una periodista a la que entregó un euro por preguntarle sobre las nunca encontradas armas de destrucción masiva de Sadam Hussein.
Los partidos del gobierno tripartito catalán, PSC, Esquerra Republicana e IC, colocan a sus jefes de prensa en el consejo de la radiotelevisión pública autonómica.
El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, lanza campañas de propaganda que acaban siendo prohibidas e importa su aparato de propaganda de la Comunidad Valenciana.
El director de los servicios informativos de TVE, Alfredo Urdaci, sigue en su puesto tras ser condenado por manipulación informativa.
El periodismo parece haber perdido en España su labor social y ciudadana. Políticos y periodistas desprecian a la profesión y la convierten en un apéndice vergonzoso de la propaganda y los intereses particulares.
Lo peor no es que el ministro Trillo se descalifique a sí mismo con su bromita del euro. Lo peor es que los otros periodistas presentes en el acto se rieron.
Lo peor no es que ZP o Jesús Caldera no respondan a preguntas, sino que nadie las repite.
Rajoy no debate con Zapatero, pero tampoco responde ante los reporteros de los anuncios, incongruencias y promesas del PP.
Y a nadie parece importarle.
Los medios siguen transmitiendo acríticamente la propaganda de los partidos. Los televidentes prefieren los telediarios de TVE y la consideran la cadena "más seria". ZP promete transparencia y reforma de los medios informativos sin periodistas. La Asociación de la Prensa de Madrid protesta por estos hechos y su comunicado no tiene la mínima repercusión.
Los beneficios pueden acabar con el periodismo. La falta de responsabilidad y respeto por sí mismos de los periodistas, también.
¿No es hora de volver a hacer periodismo?
Por el bien de la profesión y de los ciudadanos.
elmundo.es - Trillo da un euro a una periodista por preguntarle por las armas de destrucción masiva en Irak
El País
Periodistas 21 | Promesas, propaganda e irresponsabilidad